Al menos tres sujetos portando armas largas intentaron copar el ingreso a la Unidad Penal II de esta ciudad con intenciones de liberar a un conocido asaltabancos brasilero con amplio prontuario en su país y convertido en uno de los más temidos delincuentes atrapados en la provincia durante los últimos años.
A bordo de un automóvil, un Renault Logan de color oscuro, los robustos delincuentes irrumpieron a las 20.30 frente a la zona de ampliación de la unidad perteneciente al Servicio Penitenciario Provincial y con el objetivo de liberar a un peligroso asaltante oriundo de Brasil, Vanderlei Lopes, atrapado a fines de 2017 en El Soberbio.
El automóvil correspondía a una remisera de Oberá. Pero le fue robado al conductor para ser utilizado para el golpe.
El conductor apareció asustado y con golpes en el rostro pasadas las 22 en un destacamento de General Alvear. Aterrado sólo precisó que lo asaltaron varios hombres con tonada brasileña que lo dejaron a pie en dirección a la Unidad Penal mencionada.
Estos tres maleantes serían quienes apuntaron al agente de guardia del sector señalado como Módulo A de la UP-II, y este reaccionó con disparos intimidatorios mientras se daba alerta a los demás uniformados para repeler el intento de copamiento.
Los movimientos de los guardias fueron precisos y lograron en pocos segundos frenar el avance de los violentos y poner en fuga a los tiradores.
Dentro del presidio en tanto, y tras los primeros estampidos de arma de fuego, se generó un fuerte alboroto con actos similares a un amotinamiento. El virtual caos que se generó requirió de un refuerzo de efectivos integrantes de grupos especiales tanto del SPP como de la Unidad Regional II.
De inmediato se movilizaron jefes de varias unidades regionales de la Policía a la par de los efectivos penitenciarios para montar un rigurosos operativo de contingencia con al menos tres anillos de custodios y retenes de todos los vehículos que se movilizaran por la zona.
Especialmente se apuntó al escape fluvial que podrían haber encarado los delincuentes en sentido al río Uruguay, principalmente el puerto de Panambí.
Entre los datos que trascendieron anoche al cierre de esta edición, se adelantó que dentro del Renault Logan a seis cuadras de la prisión se hallaron clavos tipo miguelito utilizados para pinchar las ruedas de los vehículos que pudieron haberlos perseguido.
También se secuestraron balas de armas cortas o de puño, la mayoría calibre 38 y nueve milímetros.
Segundo intento
Fuentes exclusivas de PRIMERA EDICIÓN afirmaron que la investigación apunta también a que se trató del segundo intento por liberar a Vanderlei Lopes.
Al asaltabancos atrapado en noviembre de 2017 en una guarida de El Soberbio, a principio de este año ya habrían buscado liberarlo, pero se evitó que el plan se concrete al ser advertidos en proximidades al penal sujetos sospechosos, vaya casualidad, con idénticas características a los que actuaron ayer, movilizándose en un automóvil que abandonaron cuando huyeron al percatarse que estaba por ser atrapados por efectivos policiales.
Célebre “Vando”
Vanderlei Lopes tiene 32 años y es el principal referente de una banda de asaltabancos de suelo brasilero y argentino hace varios años.
Fue detenido como “cabecilla” de un trío de prófugos brasileños que cayó el 29 de noviembre de 2017 en El Soberbio, donde tenían oculto un gran arsenal de armas. Vanderlei o “Vando” y sus cómplices tienen una causa abierta en el juzgado de Instrucción Penal de San Vicente por “tenencia y portación de arma de guerra”.
Pero con pedido de extradición por la Corte Criminal de Ejecución de Lajeado (Brasil), que lo requiere en el marco de una causa por robo a mano armada de municiones, explosivos y falsificación de documento público.
Antes de ser capturado, “Vando” era conocido y temido por su peligrosidad en ocasión de brutales atracos en los que mantenía bajo amenazas a sus víctimas con armas apoyadas en su cabeza o como escudos humanos.
El escurridizo delincuente internacional, junto a sus cómplices Rudinei L. (37), alias “El Gordo” y Juliane C. (26), cayeron a manos de la Policía de Misiones a través de una tarea de inteligencia con seguimiento de drones en el paraje El Botón, situado a 32 kilómetros de El Soberbio.