Esta bellísima isla, ubicada en una cadena, con Java al oeste y Lombok hacia el este, es uno de los lugares más bellos y enriquecedores del mundo, una mezcla única de cultura excepcional, paisajes hermosos, playas tropicales, clima tropical y precios bajísimos.
Es difícil decir qué es lo mejor de Bali, su gente, su curiosa devoción religiosa, sus templos, sus impredecibles monos, sus arrozales, sus playas o sus volcanes, pero si hay algo que sobresale en esta joya insular es la cantidad de templos que posee. Se dice que son diez mil.
Hoy visitaremos apenas unos cuantos, lo que el espacio físico nos permita y esperamos poder acercar un poco del misticismo balinés.
Lo principal es que en Bali hay templos para todos los gustos, diferenciándose entre sí algunos por su importancia en la religión hinduista y en la vida de los balineses y otros por la belleza de su ubicación.
Como ya lo mencionamos, por cuestión de espacio veremos unos pocos.
Ulun Danu Bratan: dedicado a la diosa del agua Dewi Danu, es uno de los templos más sagrados de Bali. Destaca por su ubicación a orillas del lago Bratan, rodeado de montañas, vegetación y de una sutil bruma que lo convierten en una de las postales más típicas de Bali. Este pura es además lugar de peregrinación.
Pura Lempuyang (foto): situado a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar en el monte Lempuyang, está dedicado al Dios de la Paz, forma parte de los nueve templos principales de Bali y es sin duda uno de los que más sorprenden por sus increíbles vistas al volcán Agung.
Pura Besakih o Templo Madre: ubicado en la falda del volcán Agung, este enorme complejo hinduista está formado por 22 puras y es el más sagrado de la isla. Entre los puras que lo componen destaca el Penataran Agung, con una larga escalera que pasa por siete terrazas, que representan las capas del universo y que sólo pueden subir los hinduistas.
Tirta Empul: está construido sobre un manantial de aguas sagradas (foto arriba) que según la tradición hinduista tiene propiedades curativas para quienes se bañan en su piscina y hacen ofrendas.
Taman Ayun: el templo del Bello Jardín es uno de los más bonitos, pero no se permite la entrada al interior, aunque esto no desmerece la visita ya que desde el muro que lo rodea se obtienen unas fantásticas vistas de las pagodas de diferentes alturas y de su precioso jardín.
Pura Tanah Lot: llegar al atardecer para ver la puesta de sol sobre este templo es una de las mejores cosas que hacer en Bali. Situado al sur de la isla, sobre un islote rocoso cerca de la orilla, está dedicado al dios del mar y es una de las imágenes más icónicas de Bali.
Pura Kehen: situado en la región de Bangli, es otro de los favoritos por arquitectura parecida a la del Templo Madre, pero mucho más reducida. Rodeado de plantaciones de palmeras está dedicado al dios del fuego y en él se celebran muchas ceremonias de ofrendas. Destaca por su gran escalera de entrada y por los detalles de sus esculturas de piedra, magistralmente talladas.
Taman Tirta Gangga: que significa agua del Ganges, a pesar de no ser un templo no puede quedar fuera de esta lista como otra de las visitas imprescindibles. Este palacio real destaca por la perfecta armonía entre el agua y la tradición balinesa y sus piscinas llenas de carpas, son una de las postales más típicas de Bali, en la que se puede cruzar andando por unas losas de piedra, la espectacular fuente de once pisos, las preciosas tallas en todas las esculturas, los jardines llenos de flores y plantas exóticas, algo que lo convierten en un lugar paradisíaco e inigualable.
Una isla, miles de templos, un decisión, armar las valijas y viajar.