El día del niño es una celebración que tiene más de cuarenta años. Fue en 1954 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) recomendó que se instituyera en todos los países el Día Universal del Niño, una fecha exclusivamente consagrada a reafirmar los derechos de los niños y a destinar diversas actividades para lograr el bienestar de los niños del mundo.
Un sondeo hecho por el consultorio a los niños sobre qué les gustaría que les regalaran sus papás en este Día del Niño mostró que la mayoría pide tiempo compartido para jugar, parece trillado pero es así el deseo de algunos niños. Claro está siempre en el discurso también se escuchó algún que otro regalo referido a juguetes.
Las prisas son nuestras peores consejeras. Ellas se encargan de robarnos los momentos más preciados y los detalles más maravillosos de la magia de la infancia. Así, es importante que dejemos a un lado las prisas desde primera hora del día, despertemos a nuestros niños con cariños y ofrezcamos un desayuno de amor con tranquilidad.
Es bueno preservar “momentos de secretos” en los que sólo vayamos a hablar sobre nuestras cosas con total sinceridad.
Podemos hacer excursiones a lugares tranquilos, a paisajes naturales y a entornos que nos inviten a explorar y a experimentar juntos.
Es esencial dejarles elegir, pues a veces marcamos en exceso su día a día y boicoteamos sus anhelos, expectativas y decisiones.
Dejar de lado celulares y todos aquellos aparatos electrónicos que, como sabemos, absorben nuestra atención.
De vez en cuando podemos tirarnos en cualquier lugar de la casa y no hacer absolutamente nada.
Buscar juegos que potencien su creatividad, sus inteligencias y su capacidad de sentir.
No dejemos que la crianza de nuestros niños la marquen las prisas o las malas costumbres que existen en la actualidad. El mejor regalo no es el centro de los dibujos animados de moda o los últimos muñecos de Disney.
Colabora
Cecilia Castillo-Lic. en Psicología. Consultorio: España 2885
Cel: 3764 229954
facebook./Lic Castillo Cecilia