Despliegan con todos los medios que disponen el reiterado ardid demagógico, en una actitud oportunista, en la que ofrecen soluciones utópicas, irreales y engañosas; exponen ideas o planes que ni ellos creen, ni piensan llevar a término.
A estos verdaderos “mercenarios” de la antidemocracia y falto de patriotismo, en mi sano y simple criterio puedo calificarlos como “politicostros”.
La hipocresía y la corrupción que ha contaminado a las dirigencias, tanto políticas como sindical y por qué no decirlo también empresarial, donde las corporaciones irrumpen despiadadamente contra la sociedad, confundida y atrapada por la connivencia entre estos actores. Estas faltas de ética en la moral, irrumpen perniciosamente en la sociedad, causando desconcierto por cuanto el disenso en las ideas no son aceptadas por los actores fanatizados, “enlodando” despiadadamente al sistema democrático, pues, con sus pensamientos con sentido totalitario se oponen al pluralismo de manera sistemática, no permitiendo el libre albedrío en la libertad de conciencia, de pensamiento y de expresión.
En estos tiempos difíciles que soporta el pueblo argentino, se habla a “diestra y siniestra” de la “grieta” instalada en diversos sectores de nuestra sociedad; sin embargo “la grieta” en nuestro país comenzó hace ochenta y ocho años, cuando se produjo el primer “golpe” militar, para la destitución de un gobierno democrático y constitucional de Hipólito Yrigoyen.
Este “suceso” ocurrió el 16 de junio de 1930 en horas de la mañana y el principal protagonista fue el general José Félix Uriburu con 62 años de edad. Estos militares, a los 47 años de cumplirse el establecimiento de nuestra Constitución Nacional, promovieron la primera violación al artículo 36 de nuestra ley madre que dice: “Esta Constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiera su observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático y serán insanablemente nulos y sus actores serán pasibles de las acciones previstas en el artículo 39 (inhabilitados a perpetuidad para ocupar cargos públicos y exclusivos del indulto y la conmutación de penas, debiendo ser juzgados y condenados como infames traidores a la Patria). Atentaron asimismo contra el sistema democrático el que incurriere en grave delito contra el Estado por enriquecimiento ilícito ni otorgarles supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos, queden a merced de gobiernos de persona alguna.
Quisiera reseñar que una de las principales importancia de nuestra Constitución está en el Preámbulo o exordio que manifiesta, constituir la Unión Nacional y lo que se ha hecho o se hace es desvirtuar el concepto etimológico y natural de la expresión política, pues ésta ha nacido en Grecia, en el profundo pensar de los grandes filósofos griegos hace 170 años como “arte de gobernar”.
La política no es ciencia, matemática, física ni química, es simplemente articular las ideas con la capacidad intelectual de ordenar el accionar de todos y cada una de las gestiones, conciliando inteligencia y sabiduría, para aplicarla en la conducción y gobernabilidad de un estado.
Nuestra ley madre expresa en forma brillante nuestra forma de gobierno representativo, republicano y federal.
La ley fue hecha para ser cumplida y para que haya un orden general en su administración y se cumpla con el deber juramentado.
César Ovidio Pérez
Posadas (Misiones)