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En Ober, desde las 8.30 del próximo miércoles 22 de agosto, tres hombres irán al banquillo por el violento asalto a una abuela de 67 años, quien fue violada por al menos uno de los ladrones.
Jonathan Ezequiel Taborda (27), Rosalino De Melo (50) y Jacobo Saúl Bareiro (33) enfrentarán una condena que podría superar los 20 años de prisión en caso de ser encontrados culpables. Sobre sus espaldas pesa una acusación por “abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante, doblemente agravado por la participación de dos o más personas y con armas; y robo calificado en concurso real”.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, hasta ayer el trío no había aceptado la posibilidad de confesar el hecho y firmar un juicio abreviado, si no que se mantuvo en la posición de defender su inocencia ante los magistrados Francisco Aguirre, José Rivero y Lilia Avendaño, quienes estarán a cargo del debate.
Taborda, De Melo y Bareiro deberán brindar explicaciones por lo ocurrido durante los últimos minutos del jueves 6 de octubre de 2016 en la vivienda de la víctima, sobre el denominado “Kilómetro 9” de Oberá, sobre el antigüo trazado de la ruta nacional 14.
Al decir del expediente, en el lugar descansaba en soledad la abuela, de origen alemán y quien sufre dificultades de dicción. Aparentemente los maleantes forzaron una de las ventanas para ingresar. Entonces, el sueño de la dueña de casa se transformó en pesadilla. Enseguida fueron hasta la habitación de la mujer, que no era consciente del calvario a la que iba a ser sometida.
Ni compasión, ni misericordia. Los autores no mostraron un solo gramo de piedad. A golpes de puño y patadas redujeron a la mujer, a quien luego maniataron, siempre bajo amenazas con un cuchillo.
Las autoridades suponen que, mientras dos de los intrusos recorrían la casa en busca de dinero y elementos de valor, el tercero se ensañó con la víctima, a la que continuó golpeando y luego abusó sexualmente.
Una vez que confirmaron que en la casa no había grande sumas de dinero ni objetos de mayor valor, tomaron un horno eléctrico y una linterna. Con ese botín escaparon en la oscuridad.
Pese al estado de shock en el que quedó, la mujer mostró una entereza increíble, salió de casa y fue en busca de las autoridades. Alrededor de las 00.10 del día siguiente se topó con una patrulla de la Policía provincial. Alcanzó a explicarle a los uniformados parte de lo que había sucedido.
Fue trasladada de urgencia a un centro asistencial obereño, donde el diagnóstico inicial reflejó la crudeza del ataque. La víctima presentó hematomas múltiples con escoriaciones en rostro, cuello, tórax, abdomen y brazos, además de un corte en la frente. Por eso quedó internada bajo observación, afortunadamente fuera de peligro.
Ante la situación, desde la UR-II se montó un operativo de proporciones que arrojó resultados positivos a los pocos minutos. A menos de 50 metros de la vivienda donde todo ocurrió, en un sector de malezas, los policías detuvieron a un joven de 25 años vinculado al hecho que escondía el horno eléctrico sustraído a la abuela.
La investigación inicial quedó en manos del magistrado Horacio Heriberto Alarcón, titular del Juzgado de Instrucción 2 de Oberá, quien en diciembre del año pasado consideró suficientes los elementos en contra del trío sospechoso y elevó la causa a juicio. Ahora será el tribunal obereño el que definirá la responsabilidad de cada uno de ellos.