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“Se hace imprescindible avanzar en una estrategia tendiente a generar reservorios para mitigar los efectos de las sequías, y apoyar el desarrollo rural”, advirtió Enrique Gandolla, integrante de la Red de Agua para el Desarrollo Rural, a partir de la fuerte sequía que vive en los últimos meses la región y que provoca un fuerte impacto en los ríos y arroyos de toda la provincia y, en consecuencia, en la provisión de agua potable para la población.
En los últimos días se pudo notar una importante merma en el caudal de los ríos y arroyos, con consecuencias en la navegación y la generación de energía en el río Paraná, y el abastecimiento de agua en municipios como San Pedro o Jardín América.
Gandolla confirmó al respecto que ello es consecuencia de “una situación generalizada de insuficientes precipitaciones en toda la región, que se refleja en los caudales bajos, muy bajos o con tendencias a seguir descendiendo en los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay”.
Por ello, en un contexto donde el cambio climático acentúa los períodos de sequía, el especialista planteó que “las cuencas utilizadas para el abastecimiento público debieran estar sujetas a un régimen especial y más estricto de gestión”.
“Si las lluvias significativas siguen demorándose en llegar, es poco lo que se puede hacer a corto plazo, más allá del racionamiento del consumo y servicios de emergencia con camiones. Lo que hay que reflexionar es que para las áreas urbanas, al menos existen servicios organizados y procedimientos de crisis con los que se procura paliar el sufrimiento de las familias; pero para las áreas rurales, o sea, para el 26% de la población misionera que vive en las distintas colonias de nuestra provincia, no existen esos servicios y los productores tienen que arreglarse por su cuenta, acarreando agua según sus posibilidades”, alertó.
Al respecto, desde la Red Misionera Agua para el Desarrollo Rural, se han propuesto algunas alternativas que “obviamente no son soluciones para la coyuntura actual, sino para anticiparnos a estas situaciones de sequía, que serán cada vez más frecuentes y más intensasm según los pronósticos de los estudios del cambio climático para nuestra región”, apuntó Gandolla.
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En un documento elaborado en 2014, denominado “Lineamientos de proyectos propuestos por la Red Misionera Agua para el Desarrollo Rural para avanzar hacia una mejor gestión del agua en la provincia de Misiones”, se señalaba “la necesidad de universalizar en la provincia de Misiones el derecho humano de acceso al agua potable por parte de las familias rurales, poniendo en marcha un programa específico para dicho sector de la población”, recordó.
Además, “señalamos la necesidad de promover la construcción de pequeñas obras de almacenamiento de agua con distintos fines: agua potable, usos rurales, piscicultura, procesos industriales y recarga de acuíferos. Fundamentábamos dicha propuesta en que, no obstante las abundantes precipitaciones anuales que caracterizan a Misiones, desde fines de la primavera hasta principios del otoño suelen producirse menores precipitaciones junto a elevadas temperaturas, con lo cual se configuran situaciones de déficit hídrico que repercuten negativamente en los servicios de abastecimiento de agua potable a muchas localidades, en la producción rural y en la calidad de vida de gran parte de la población”.
“La reiteración de períodos de falta de lluvias, como el que nos afecta actualmente, nos indica que se hace imprescindible avanzar en una estrategia tendiente a generar reservorios para almacenar parte de la oferta de agua de los períodos de excesos, para mitigar los efectos de las sequías y apoyar el desarrollo rural. También los entes prestadores de estos servicios urbanos, particularmente los que se localizan en zonas críticas para el abastecimiento de agua, como lo son las divisorias entre cuencas, podrían construir reservorios con estos fines”, aconsejó el especialista.
En cuanto a la gestión ambiental de las cuencas hídricas de la provincia, Gandollaplanteó que “si bien todas debieran contar con programas tendientes a preservar la disponibilidad y calidad de las aguas, las utilizadas para el abastecimiento a las poblaciones del interior debieran estar sujetas a un régimen especial y más estricto, de forma de minimizar los riesgos para la salud y dar mayor seguridad a la población en cuanto a la disponibilidad de agua potable”.