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Era la hora de salida y no había caso, no encontraban el diente que horas antes se le había caído a Raian. Él, desconsolado, quería su diente para ponerlo bajo la almohada y que venga el Ratón Pérez, se lo lleve y, a cambio, deje algo de dinero.
Se tuvo que ir sin el diente pero el Ratón vino igual y le dejó un jugoso billete de 100 pesos. Entonces, la mae Liliana decidió escribirle una carta al popular ratón contándole qué había pasado, por qué no había estado el diente debajo de la almohada de Raian.
En la web de PRIMERA EDICIÓN, en apenas un par de horas, la nota acerca de la epístola al Ratón Pérez ya tenía unos cuantos miles de vistos. Pero, ¿cómo empezó todo?
El miércoles 15 de agosto Raian llegó a la Escuela 150 de esta localidad y, ni bien sonó el timbre para entrar al aula, lo hizo como todas las mañanas. “Estábamos en el grado y empezó a sangrarle la boca a Raian y nos dimos cuenta que era el diente. Él se enjuagó y cuando lo hizo se le cayó el diente pero lo recuperamos”, contó la maestra de Raian, Liliana Lell, a PRIMERA EDICIÓN.
De vuelta en el aula, Raian guardó el diente en su bolsillo pero entre una cosa y otra lo perdió. “Se puso re mal porque él sabía que si guardaba el diente iba a venir el Ratón Pérez, entonces comenzamos a buscarlo”.
La búsqueda tuvo sus frutos porque dieron con el diente de Raian que volvió a colocarlo en su bolsillo para después volver a perderlo en la vorágine de la mañana escolar.
“Fueron dos o tres veces que recuperamos el diente de Raian dentro del aula”, dijo la mae. Pero la última vez ya no hubo caso. Todos se apostaron a la búsqueda del diente pero no aparecía y ya estaba por sonar el timbre de salida. “Hasta último momento buscamos porque todos temíamos que el ratón no le trajera dinero”, recordó Liliana. Pero no lo encontraron.
Un desconsolado Raian se fue a casa y las maestras decidieron esperar a ver qué pasaba. Al otro día las buenas nuevas: el Ratón Pérez, aún sin diente, le había dejado a Raian la importante suma de 100 pesos.
“Entonces me acordé que una vez había visto que una maestra de Santa Fe había escrito algo parecido” pero, en este caso, lo hicieron después de que el Ratón dejara la plata. “Le dije a Raian que teníamos que hacer algo”. Fue así como surgió la idea de enviar la misiva desde la Escuela 150 de esta ciudad al Ratón Perez.
“Queremos contarle que Raian perdió el diente en la escuela. No pudimos encontrarlo. Gracias por traer igualmente el regalo”, decía la carta con la firma de la maestra Liliana, todos los compañeros de 1º grado “B” de Raian y también, como no podía ser de otra manera, la firma de la directora Dora Giménez y su correspondiente sello personal y también el sello del Consejo General de Educación.
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“Lo hicimos así para que tenga relevancia porque para ellos es algo importante. Él estaba muy compenetrado y como siempre mandamos notas a las mamás y ponemos los sellos y firmamos lo hicimos así ahora”, recordó la maestra.
Raian se llevó la carta a su casa, la colocó debajo de la almohada y, al otro día, la carta ya no estaba. Había llegado a su destinatario. “Él volvió contentísimo, estaba feliz”, dijo Liliana. “También lo hicimos por si vuelve a pasar, para que él confíe, porque lloró toda la mañana porque encontraba el diente y lo volvía a perder y así… Se fue muy mal ese día”, agregó.
Tamara, la mamá de Raian, se comunicó en privado con la maestra super agradecida por el gesto. “Siempre nos ingeniamos con distintas situaciones. Los chicos tienen salidas muy graciosas, siempre te sorprenden y se aprende mucho con ellos. Es parte del aprendizaje”, cerró la maestra. A cuidar los dientes, si no, marche una nueva correspondencia al Ratón Pérez.
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