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La última de las cinco personas demoradas el último lunes en el complejo de cabañas donde cayó el presunto sicario narco Néstor Fabián “Negro” Rojas (52) finalmente pasó ayer ante la Justicia y se abstuvo de declarar.
No fue un trámite común: se trató de la adolescente de 15 años que acompañaba al sospechoso y que, en razón de su edad, finalmente fue entregada a la Cancillería para que sea trasladada hacia Paraguay, de donde es oriunda.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, tras un largo proceso que incluyó un pedido formal del acta de nacimiento a la Justicia de Paraguay, el magistrado Carlos Giménez, titular del Instrucción 7 y al frente de la pesquisa, pudo ratificar en las últimas horas la verdadera edad de la adolescente, quien al momento de ser aprehendida tenía un documento argentino falso en el que figuraban presuntos 21 años de edad.
Sin embargo, el entrecruzamiento de datos posibilitó establecer que nació en abril de 2003 en Colonia San Lorenzo, Departamento de Itapúa, Paraguay, y que además había sobre ella un pedido de ubicación en razón de que se había fugado de su hogar.
Lo cierto es que, confirmada su minoría de edad, Giménez y su equipo le tomaron una llamada “declaración testimonial informativa”, a la que la adolescente se abstuvo de declarar. Después de aquello, fue entregada a la Cancillería, para que arbitre los medios necesarios para su regreso a Paraguay y posterior entrega a sus padres. Aquello se produciría en las próximas horas.
Ya con la menor en libertad, la causa que investiga la ejecución a balazos del mecánico Aldo Andrés Cantero (31), en un presunto ajuste narco, cuenta ahora con cuatro detenidos.
El más comprometido sigue siendo Rojas, quien declaró el último viernes y admitió haber compartido un asado con Cantero y su familia horas antes del crimen, aunque negó haberlo asesinado. Al respecto, dijo que dos hombres llegaron al lugar en auto y abrieron fuego contra el dueño de casa. Él y la menor lograron escapar a la carrera.
Rojas fue imputado por “homicidio”, mientras que los tres entrerrianos -dos hombres y una mujer- que permanecen tras las rejas terminaron acusados por “encubrimiento”.
Los dos hombres dijeron no guardar relación con el crimen y que sólo llegaron a Posadas para comprar ropa en Encarnación. Su presencia en el complejo de cabañas de la avenida Urquiza de Posadas, donde cayeron junto al presunto sicario, fue apenas una casualidad, indicaron.
Rojas, quien al igual que la menor, poseía un documento falso con otra identidad, está apresado bajo sospechas de ser el autor del crimen de Cantero, en cuyo taller, horas después del homicidio, se encontraron 1.800 kilogramos de marihuana. La teoría de los investigadores dice que Rojas compartió un asado junto a la víctima y, por la tarde, lo ajustició.
Para aquello, creen los detectives de la SAIC y de Homicidios de la Policía provincial, utilizó una pistola Bersa calibre nueve milímetros que fue encontrada enterrada en un gallinero, en la casa de uno de sus familiares, sobre el kilómetro 12 de Eldorado.
Ante la Justicia misionera, además del crimen de Cantero, perpetrado en la noche del domingo 5 de agosto último en Roca, Rojas también debe responder por el doble homicidio de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra, llevado a cabo el 14 de noviembre de 2015 en cercanías del monte El Acuerdo, en lo que también había sido un ajuste ligado al tráfico de estupefacientes.