Hay muchas razones por las que repetimos historias vividas por nuestros ancestros… puede ser por fidelidad, por lealtad familiar inconsciente con una persona amada o importante en la familia, puede ser porque algo no haya sido hablado y tenga que ser visto para dejarlo ir.
Si hubo traumas, suicidios, abortos, robo, estafa familiar, un reparto injusto de bienes y no se habló de ello, estos acontecimientos se van a repetir hasta que alguien los traiga al presente y salgan a la luz.
En los órdenes del amor la jerarquía se respeta. Los padres repercuten sobre los hijos, como los abuelos repercutieron sobre los padres, los tatarabuelos sobre los abuelos y así sucesivamente el orden se impone y si se respeta, el amor puede fluir e influir libremente.
“Primero el orden y luego el amor fluye”, dice Bert Hellinger. Estamos impulsados por una inconsciente fidelidad a nuestra historia familiar.
Estamos impulsados por el inconsciente que es mucho más importante que el consciente, porque es el que nos maneja. Todo queda grabado en el inconsciente.
Se dice que los chicos y los perros saben todo de una casa y es absolutamente cierto. Los niños se dan cuenta cuando su madre cambia el tono de voz al hablar sobre un tema que la incomoda y hasta notan cuando desvía el tema de conversación al observar su presencia.
Hay personas que dicen que no se acuerdan de nada, pero eso es imposible. No recuerdan lo consciente, porque éste borra lo que no es cómodo. La mente se olvida de todo lo que duele, pero el inconsciente y el cuerpo no se olvidan jamás. Allí queda la huella de lo ocurrido.
Cuando la historia es hablada y sale a la luz ya no se necesita repetirla. Sólo se repite para que sea visto y honrado, honrado el dolor o la vergüenza y así poder recuperar el don que ese suceso trajo aparejado al sistema familiar.
Son los dones, más allá de las heridas, los que nos permiten salir adelante y justamente son los dones lo que se van transmitiendo de generación en generación. Una vez que un don es conquistado por alguien en el sistema, por siempre quedará a disposición de otros para seguir con él hacia la vida.
Honremos los dones que fueron conquistados en nuestro sistema, no juzguemos desde hoy los hechos de pasado. No sabemos cómo fue o por qué, sólo sabemos que fue una sucesión de hechos de los cuales también formamos parte porque es lo que nos trajo hasta acá.
¡Honremos! Recuperemos los dones y elijamos hacerlo diferente, eso sí está en nuestras manos “el hoy”…. sólo tomemos el pasado como aprendizaje y experiencias de evolución hacia un mundo mejor.
Recuperemos los dones de tantas heridas para hacer algo bueno con ello y así seguir con la vida.
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Patricia Couceiro
Consteladora
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