Un espacio apto para abordar la naturaleza híbrida, compleja y local; donde explorar las nuevas formas de producción, comunicación, relación y aprendizajes colectivos; donde valorar lo informal y construir sobre estructuras de organización descentralizadas; pensado especialmente para el encuentro, la colaboración y el intercambio; donde experimentar con los saberes sin la tensión de la legitimación; y mucho más significa para este municipio su Biblioteca Popular Ernesto Sábato. Un rincón jardinense que celebró sus primeros 18 años con toda fuerza de la juventud y las ansias de crecer, sentimiento que quienes le ponen el hombro al día a día desean compartir con una kermés, esta tarde, desde las 14, frente a la plaza Colón, en pleno centro de la ciudad.
Feria callejera con muchos libros, bar literario con números musicales, cuentos, poesía, monólogos, danzas de la India, juegos, títeres, cuentacuentos, mboyeré de garage, venta de textos usados, radio, pelotero, skate, rap, susurradores, muestra pictórica, feria de platos, acrobacia en cintas, muestra de Kung-Fu y mucho más servirán para reunir fondos para el nuevo edificio de la biblioteca, en un terreno propio, ubicado en la avenida Iguazú y calle Nicaragua.
La vicepresidente de la Comisión Directiva, Liliana Angélica Campos, recordó que la biblioteca se fundó el 21 de agosto de 2000 pero, lamentablemente, “no tenemos un libro histórico y hay muchas cosas que se perdieron”. Y agregó que “su fundadora, quien ideó este proyecto, es Laura Andersson, en este momento tiene su domicilio en Posadas, pero por aquel entonces vivía en Oberá, por cuestiones familiares se viene a Jardín América, estaba estudiando bibliotecología, es una gran lectora y cuando llega acá se encuentra con que no tenía una biblioteca, sólo estaba la municipal, que obviamente sigue estando, con la que pensó un proyecto en común pero no resultó; finalmente alguien le dijo que existía la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y que con algunas gestiones era posible que logre su cometido, ella fue realmente la mentora de todo este proyecto”.
La primera reunión fue en un local céntrico de la ciudad y no se demoró en conformarse la primera comisión directiva, que integraron Laura Andersson, presidente; María Lorenza Cardozo, vicepresidente; Jorge Omar Alcaraz, secretario; Enzo Reynoso; prosecretario; Walter Hein, tesorero; Liliana Campos, protesorero; Blanca Apodaca, vocal titular primero; Hugo Fernández, vocal titular segundo; Enrique Albornoz y Armando Kruler, vocales suplentes.
“Por motivos personales Andersson se fue enseguida, a los dos años de fundada la biblioteca, perdí un tiempo el rastro, dejé de trabajar y ahora que volví a la comisión me comuniqué con ella, hablamos, recordamos algunas anécdotas, como cuando llegaron los primeros libros, fueron cien, los mandó la Conabip y nos peleábamos por leerlos”, mencionó Campos, actual vicepresidente en la comisión, conformada el 6 de junio pasado, que comparte con Camilo Benítez Chapo, presidente; Claudio Benjamín Ryl, secretario; Wilson Heisler, prosecretario; Yesica Scherich, tesorera; Vanesa Yanet Schimmelfennig, protesorera; Hernán Juárez, primer vocal titular; Hilario Buenaventura Ertl, segundo vocal titular; Erika Helga Schafer, primer titular comisión fiscalizadora; Sonia Machón, segunda titular comisión fiscalizadora; Margarita Susana Martiniuk, primer vocal suplente y Fabiana Mabel Portillo, segunda vocal suplente.
Trabajar en pos de los sueños
Actualmente la biblioteca funciona en un espacio prestado por la Municipalidad, se trata de una casa histórica, la primera de material que se construyó en Jardín América después de su fundación, en el año 1946, perteneciente a Isaac Da Silva, uno de los fundadores del pueblo, quien la cedió al municipio. Sin embargo en cada reunión de la Comisión Directiva se teje el sueño de un espacio propio para el que ya cuentan con un predio, donado por la Comuna junto al Instituto de Desarrollo Habitacional (Iprodha).
“Se hizo un proyecto de construcción que está aprobado y se empezó a edificar, tenemos las paredes y el techo de lo que será el salón de usos múltiples y en este momento estamos empezando lo que va a ser el baño, un pequeño estar u oficina para la parte administrativa, que adosamos con la idea de mudarnos lo antes posible porque este espacio es muy pequeño”, reconoció Campos.
Sin embargo no es sencillo, “estamos trabajando con recursos propios, que salen de las cuotas societarias y fondos que nos envía Conabip para gastos corrientes y nosotros los achicamos lo más que podemos e invertimos en la construcción, pero falta mucho, aberturas, revoque, revestimientos, no podríamos decir cuándo nos mudamos, todo va a depender del dinero que podamos recaudar”, afirmó.
Y hoy es un buen momento para sumarse y colaborar.