¡Hola queridos amigos! Continuaré descifrando para ustedes los simbolismos del mensaje-poema que la virgen de Guadalupe me transmitiera y yo se los transcribí en el escrito del domingo 26/8/18.
Ya les aclaré sobre la figura que llamé el “observador”, también aludí a la idea de que el pensador es independiente del pensamiento, según nos dice Bernardo Wiskinski en su libro: “Melquisedek.
La enseñanza Cósmica de la Orden Melquisedek”, y dice allí que captamos los pensamientos según el nivel de amor con que estemos resonando; por esto debo aclarar yo que, los sentimientos que ellos provocan, sí son nuestros y juntos conforman nuestras emociones, que de no ser buenas, enfermarán nuestros cuerpos.
Por el otro lado, al poder seleccionar los pensamientos, aplicando alguna de las técnicas que les mostré el domingo pasado u otras de su agrado y conveniencia, vamos a ir aumentando el océano de pensamientos positivos en detrimento del negativo, con lo que ayudamos al pensador común al reforzar la carga del lado positivo en su pendular selección del pensar.
Hablamos también de los que conociendo cómo funciona el inconsciente, lo manipulan y pasan a ser ventrílocuos que ponen en las bocas de sus víctimas, palabras que ellos quieren y sus seducidos las pronuncian pues manejan las mentes y hacen hablar a la gente, creen luego éstos que hablan temas de alto vuelo y sólo mimetizan el andar de los que saben, alardeando su pobre saber.
Ahora continuaré con el simbolismo que representa la figura de la Virgen y toda la simbología empleada por ella en su mensaje-poema.
Madre mía yo te pido
Deja mi mente en blanco,
madre querida guía mi mano
y con infinito amor hazme escribir
lo que tú tienes para decir.
Quita de mí, pensamientos que no sean de Tu esencia,
llévame sólo a tu convergencia.
Delirio sin fin es el acontecer de la mente del humano,
pues sólo gira alrededor de lo mundano.
Todo es un simbolismo. Así por ejemplo, las marcas en los sembradíos son representaciones simbólicas del mensaje que quieren transmitir, la Biblia también está enteramente escrita en forma simbólica; siempre ha sido así en la tercera dimensión debido a que es vuestra mente la que está contaminada y por lo tanto no capacitada para descifrar lo divino.
Desde el Génesis la representación del mal está dada por la serpiente, se entiende que ella no habla, pues todo el significado de esta escena se remonta a los orígenes de la raza humana, mucho antes de los lemures y los atlantes, cuando el espíritu corría libremente en los campos paradisíacos de la inocencia y como tal quiso experimentarse a sí mismo en una experiencia en la dualidad, salirse de la unidad para representar la comedia, que en incontables oportunidades la convirtieron en drama debido al libre albedrío, que como espíritus divinos que son, lo conservan.
Fue el aspecto femenino de ustedes quien quiso conocer el árbol de la sabiduría, probando el fruto del bien y del mal y fue allí que cayeron en el sueño del olvido.
La representación de la serpiente es perfecta, pues ella no hace lo que en la tercera dimensión sabe hacer, o sea inocular el veneno a través de sus colmillos, sino que “tienta” a la mujer (típica actitud ésta que toma el maligno una vez que está dentro vuestro) a probar el fruto prohibido, es decir, tentada a hacer lo que no debe.
Al comer la manzana inoculada por el mal, como en el cuento de Blanca Nieves, cae el hombre en un sueño profundo en el cual olvida Quién Es, se avergüenza de lo que es natural, o sea, la desnudez del espíritu, que al ser inocente no tiene nada que esconder, pues son los actos de maldad los que se tienden a ocultar (como las mentiras, ocultamiento de la verdad y todo acto que por su maldad oculta en él deba ser ocultado y pasan a ser, a veces, terribles secretos de familia, perjudicando a ésta generación tras generación).
El hombre, al no comprender esta simbología, habiendo caído en el olvido, entendió que lo que había que ocultar era el cuerpo físico bajo distintos ropajes que a través de las culturas y creencias lo mantienen aún hoy atado a su ignorancia.
De allí en más, la serpiente del mal siempre se alojó en la mente del ser humano y ocupando sus manos hizo del mundo lo que hizo, pero siempre fue suya la elección de tenerla en su cabeza, pues si bien es sabido que es muy malo y astutísimo, por lo que no hay que menospreciar su labor, está cumpliendo la función por ustedes encomendada y es ahora el tiempo en que deba ser finalizada y es nuevamente la parte femenina de ustedes la que dará exterminio al reptil, pues al pisarla dentro de sus cabezas (como muestra la figura de la madre quien pisa la serpiente en la cabeza, o sea la serpiente que habita en la cabeza de la humanidad, ya que a su vez Ella está parada sobre el mundo), dejarán de reptar al elevar sus pensamientos y tomarán alas de ángel, transformándose así el hombre en el ser angélico que siempre fue.
Allí es cuando caerán los velos de la ignorancia, transformándose en amorosos sabios ascenderán como la serpiente emplumada de los mayas.
Colabora
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
EscritoraTambién en FB. Escuela de Pensamiento