La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) realizó este miércoles un paro nacional contra el ajuste y los despidos. En Misiones se llevaron a cabo diversas manifestaciones en distintos puntos del territorio provincial.
El Ministerio de Ecología en la ciudad de Posadas fue uno de los epicentros. Allí los guardaparques decidieron mantener la protesta con un acampe de 72 horas, con lo cual permanecerán frente al edificio hasta mañana.
Los principales reclamos de los trabajadores ecológicos son el pedido de aumento salarial y condiciones laborales dignas. Además la protesta es impulsada por los 10 meses de pedidos infructuosos de audiencia con el ministro Juan Manuel Díaz.
Los guardaparques denunciaron que deben costear los insumos necesarios para el trabajo de control con su propio dinero. Finalmente lamentaron que, tanto el actual Ministro como sus antecesores, no los hayan recibido para informarse sobre las necesidades del sector.
En relación al paro de ATE, también en Posadas, el sindicato hizo entrega al Consejo General de Educación de una carpeta con la totalidad de los recibos de sueldos de docentes afiliados al gremio, que sufrieron elevados descuentos en sus salarios por haberse plegado a las huelgas en defensa de la educación pública.
Al mismo tiempo se realizó una asamblea de los trabajadores en el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.
En tanto que en la localidad de El Soberbio se concretó una olla popular en la manifestación por la defensa del trabajo y el salario.
Por su parte en Eldorado, más de mil personas se movilizaron por las calles con los carteles de “No a los despidos”, exigiendo la reincorporación de los empleados despedidos de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) y trabajo genuino.
Así, sobre los casi 600 despidos en la SAF, 27 en Misiones, el gremio de los trabajadores expresó que“afecta de lleno a las poblaciones campesinas e indígenas expuestas a mayor vulnerabilidad. Al echar, sin criterio alguno, a los técnicos de la SAF, lo que el Estado hace es abandonar a su suerte a las comunidades y organizaciones de la ruralidad profunda, que gracias al trabajo de quiénes hoy quedan en la calle, pudieron consumar sus esfuerzos y conocimientos en avances productivos concretos”.
“Estos despidos son simplemente una forma de disciplinar a quienes estamos comprometidos con las organizaciones de pequeños productores”, sentenció Laura Brusca, una de las trabajadoras recientemente despedidas de la SAF.