¿Hola queridos amigos! Probablemente los haya sorprendido con el tema de la virgen de Guadalupe, pero créanme cuando les digo que la más sorprendida fui yo cuando Ella se presentó en mis sueños lúcidos, pues si bien me encantaba su imagen, debo reconocer que nunca la había tenido muy en cuenta y al ser mi nombre Graciela del Carmen, siempre había sido la Virgen del Carmen a la que acudía con mi mente cuando necesitaba algo, luego comprendí mi tan humana manera de pensar al separar las distintas advocaciones como si fueran diferentes y desconocer la unidad del cielo donde no interesa quién es el mensajero, sino el mensaje que se presenta a través de aquel que mejor lo dejará impreso en la mente del que recibe, según sean todos los factores que necesiten que sean transmitidos.
Así es que por un tiempo los mantendré entretenidos con mis conversaciones con Ella, que, como lo habrán apreciado, transcurre en otra dimensión de conciencia donde mi hablar se transforma en poesía tratando de emular el de Ella.
La flor de tu jardín
Convídame una flor de tu jardín,
regálame los manjares de tus pensamientos,
pon en mí tus sentimientos en todo momento,
vuelca tu dulzura en mi corazón,
convierte mis deseos en los tuyos
y sigilosamente entra en mí
hasta ser yo en ti y tú en mí.
Detectar cual radar lo que no viene de ti,
es lo que deseo, y permitir que en mí aflore
sólo aquello que tú adores.
Cuenco vacío es mi mente y sólo resuena
con todo aquello con que tú lo llenas.
La aparición de la Virgen de Guadalupe en mi mente sin haberla evocado ni que la haya tenido alguna vez en cuenta, con su elocuente mensaje, provocó en mí una serie de interrogantes.
Esto me hizo, además, volver a leer la investigación que la NASA hizo de su imagen, descubriendo, que el iris se contraía al acercársele una luz (al igual que lo hace un ojo humano vivo), que en sus retinas había quedado grabada, a escala infinitesimal, la escena de Juan Diego frente al obispo con las rosas en el piso y las personas presentes en ese momento; también constataron que en su vientre late el corazón de un nuevo ser, entre otras observaciones increíbles halladas en su imagen, lo que cualquiera de ustedes puede constatar por internet. Estos eran mis pensamientos, hasta que, de pronto, luego de unos días en que todo esto rondara en mi cabeza, se me cayeron las fichas.
Esta última expresión idiomática me viene de perlas para explicar este fenómeno, pues es como si uno fuera acumulando datos en su mente racional hasta que llega la última ficha-dato que hace caer a todas las demás y estos encajan en su justo lugar dándote la comprensión del todo.
O sea que nuestra mente funciona como la masa crítica, que en la jerga científica llaman, a este funcionamiento, “el mono 100”, debido a un experimento que hicieron con unos monos de una isla a los cuales les ofrecían en la arena un tipo de papas apetecible para ellos pero estaban sucias por lo cual los monos no las comían, hasta que uno de los monos se avivó y lavó la papa en el mar pudiéndola comer, al ver esto los otros monos empezaron a imitarlo y cuando llegaron a un número “x” de monos que lavaban las papas, y que hipotéticamente llamaron “el mono100”, los monos de otra isla que no tenían contacto con los anteriores, empezaron a lavar las papas para poder comerlas.
Y la masa crítica funciona igual porque nuestras conciencias están todas conectadas, al igual que la de los monos, en una gran red.
Fue allí que me dije, como quien hubiera descubierto América: ¡Pero claro! ¡La tilma fue estampada por Ella misma! (tilma es el nombre del delantal que usaba Juan Diego en donde llevaba las rosas que se le cayeron frente al obispo, quedando estampada en él, en ese momento, la imagen de la Virgen de Guadalupe).
Es muy diferente a cualquier otra aparición donde la imagen de yeso o piedra o pintura de cualquiera de sus advocaciones han sido hechas por artistas tratando de interpretar las visiones que otros tuvieron.
Ahí empecé a desear tener una foto de su imagen (que por supuesto llegó más rápido de lo que podía dar crédito), pues toda su figura es un simbolismo que está pidiendo a gritos ser descodificado.
Pues si se presenta con un manto de estrellas mostrando ubicaciones de constelaciones es para que nosotros descifremos qué es lo que nos quiere decir, ya que como bella mujer que es, a ojos humanos habría preferido mostrarse con un manto ricamente recamado en piedras, que es la forma como la representamos, que si ha hecho ese milagro de estamparse a sí misma, bien podría haberse hermoseado según nuestros conceptos de lo que es bello.
Poco sé de constelaciones estelares, creo que cinturón de Orión es lo que comúnmente llamamos las 3 Marías y en el manto de su figura hay tres estrellas que tienen dicha configuración y marcan la cintura de la Virgen María en su advocación de Guadalupe, que, según constató la NASA, está embarazada.
Para la fecha en que Ella se presenta, Jesús ya hacía más de 1.500 años que había nacido. Entonces, pregunto yo, ¿de quién está la Virgen mostrándonos que está embarazada? Si recién, con la tecnología con que contamos hoy se pudo constatar este fenómeno, es porque es a nosotros que nos quiere hacer llegar su mensaje.
Entonces, si en su oportunidad fue a Jesús el Cristo a Quien concibió, ahora es de nosotros, como nueva raza Crística, de quienes está embarazada. SOMOS NOSOTROS QUIENES LATIMOS EN SU VIENTRE, y con el infinito amor de una madre, nos está enseñando cómo hacer para, con la misma dulzura que Ella posee, pisar la cabeza del vil reptil que mora en las nuestras.
Observando su figura, ahora mientras escribo, puedo ver que tiene la rodilla izquierda levantada como quien está dando un paso hacia adelante, significándonos el gran paso que la humanidad está dando, avanzando hacia su evolución y también me pregunté por qué con la pierna izquierda, y la respuesta es porque el avance se realiza con las cualidades propias del género femenino, no con las dominantes y fuertes, aspectos estos masculinos, que posee la pierna derecha.
Espero, amigos queridos, que ustedes me ayuden a encontrar algunas otras piezas de este divino rompecabezas.
Colabora
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora.
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