
Oliver está siempre sobre la calle Bolívar casi San Lorenzo, donde acompaña al cuidador de motos de la zona, de ahí su apodo.
Necesita una operación en una de sus patas traseras, porque, debido a su edad, ya casi no puede moverla.
Es impresionante la cantidad de vecinos que colaboran dejan sus pesitos junto a la cucha del perro.