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La conexión a internet ya estaba pero necesitaban el televisor para tener el acceso. Si bien ya venían realizando diferentes tareas, encaminaron todos los esfuerzos a hacerse con el smart.
“Empezaron a diseñar las actividades pero con contenidos trabajados, siempre ajustándonos a las currículas para dar todas las áreas”, explicó la vicedirectora de la institución de jornada extendida, Cristina Alvarez, a PRIMERA EDICIÓN.
“Primero investigaron cómo se hacía, buscaron en internet, consiguieron los ingredientes, y comenzaron a trabajar con la maestra Graciela Encina en la cocina”, agregó.
Una vez que tenían todo listo, armaron grupos de WhatsApp para la venta. “Los chicos cobraban, una hacía de contadora, todo manejaron ellos. Incluso fueron ellos quienes buscaron precios y fueron a comprar el smart TV de 32 pulgadas Samsung”, indicó Alvarez. Le colocaron la clave del wifi y ya tienen todo el acceso en su propio salón.
“Los chicos están super contentos y con estos trabajos lo que queremos concientizar es el valor del esfuerzo”, indicó la vicedirectora. Tras el resultado conseguido, los alumnos ya se embarcaron en otro proyecto: van a plantar mandioca en un terreno al lado de la institución para venderla y juntar fondos para su viaje de estudio el año que viene. Todo un ejemplo.