
El barrio Bicentenario, hacia el sur de esta localidad, permanecía conmocionado anoche. La noticia no tardó en trascender de puerta en puerta por la gravedad: una vecina de la zona fue sorprendida por un delincuente que entró a robar a su casa y la violó tras amenazarla con un cuchillo de cocina.
La víctima, una pensionada de 55 años, sufrió lesiones producto de la conducta del sospechoso, quien escapó con un teléfono celular y se perdió en la oscuridad de la noche. A última hora de ayer, efectivos de la Comisaría de la Mujer y de la Unidad Regional V de la Policía provincial continuaban con la búsqueda del autor del hecho.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el drama en la vivienda de la calle Carlos Gardel se desató alrededor de las 4 de ayer, donde la propietaria descansaba. Según la denuncia, en determinado momento, una serie de ruidos extraños la hizo despertar. Parecía una pesadilla pero, en realidad, acababa de abrir los ojos: a los pies de la cama divisó la silueta de un desconocido.
La mujer tardó algunos segundos en reaccionar. Entonces el delincuente la amenazó con un cuchillo tipo serrucho. “Quedate tranquila y no grites”, le habría dicho, tras asegurarle que le quitaría la vida si no cumplía con sus órdenes. Acto seguido, exigió que se quitara las prendas íntimas. Fue un verdadero calvario.
Una vez perpetrada la violación, el sospechoso tomó el teléfono celular marca Blu dorado con protector de silicona -cualquier información del aparato debe ser aportada a la Policía, ya que podría permitir llegar al sospechoso- y escapó de la escena a la carrera.
Conmocionada, la dueña de casa tardó varios minutos en salir del estado de shock y recuperarse. Entonces se dirigió hacia la casa de su hija, a quien le relató lo sucedido. Ambas concurrieron a la Comisaría de la Mujer de la UR-V, donde radicaron una denuncia por lo sucedido.
De inmediato tomó intervención en el caso el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Tercera Circunscripción Judicial, con asiento en Puerto Iguazú, quien ordenó que la mujer reciba atención especializada, a la vez que sea examinada por un médico forense. La especialista constató lesiones en la zona íntima, compatibles con un hecho de estas características.
Mientras, se inició un operativo a los fines de dar con el autor del hecho, Brites ordenó un hisopado a los fines de extraer material genético del acusado, para futuros cotejos en caso de que se produzcan detenciones.
Ya en el lugar de los hechos, efectivos de Criminalística secuestraron un cuchillo marca Tramontina, prendas de vestir y otros elementos de interés que serán peritados. Todo quedó incautado bajo cadena de custodia para evitar cualquier tipo de contaminación.
Un detalle no menor para los investigadores fue la descripción realizada por la víctima en sede policial. Aseguró que el autor del hecho era un masculino de aproximadamente 1.70 metros de altura, aparente tez blanca y cabellos cortos. Como marca particular, indicó que el mismo poseía dientes torcidos. Recordó que vestía un pantalón vaquero oscuro con cinto y un buzo cerrado con capucha de color azul marino.
En principio, el juez Brites ordenó la instrucción de una causa caratulada como “abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma blanca”, delito que prevé penas de entre 8 y 20 años de cárcel, al decir del Código Penal.