En este recorrido de la pintura tengo la dicha de seguir encontrándome con grandes artistas y personas maravillosas. Días pasados viajé a Rosario, a la Academia de Arte de Rocío Bono, una mujer grandiosa comprometida con acercarles a sus alumnos todas las herramientas posibles para una instrucción competente.
El viaje tenía como finalidad tomar clases con el gran artista Ricardo Celma, para encontrar más conocimientos en tema de pintura y lo que encontré fue aun más que eso.
Ricardo Celma es un gran artista argentino que tanto como pintar ama enseñar. Cuando llegué pensaba encontrar a un profe enseñando una técnica. Pero lo que encontré fue más importante. Encontré al verdadero artista, ese que hace arte con el pincel y con las palabras.
Si, con las palabras, cada historia de la historia misma o de su propia vida, estaba cargada de contenidos, que medían un trabajo pictórico o alentaban a los presentes, los que acaso un poco atrevidos jugamos a ser artistas, a seguir adelante, enseñándonos que nuestro arte debe contar una historia, probablemente nuestra propia historia.
Ricardo es el séptimo de 7 hermanos y desde muy pequeño sus dones por el dibujo y la pintura se hicieron notorios. Sus padres siempre lo alentaron en desarrollar su destreza. Profesor de pintura y Licenciado en Artes. Tuvo grandes maestros y viajó por todo Europa recorriendo los museos y conociendo a los grandes artistas que él admira. Así pasó tardes enteras charlando con el mismísimo Antonio García Lopez (Español). De esas charlas sacó en limpio grandes consignas, que no se las guardó para él, muy al contrario las divulga entre sus alumnos. Más importante que cómo pintar algo es preguntarte ¿por qué lo haces? o ¿para qué? Ricardo dijo: “estar frente al bastidor es como un rezo, tu pintura es sagrada…”.
En uno de esos viajes, en una de sus tantas anécdotas, en un país lejano, en alguna oportunidad, alguien que admiró su talento también se sorprendió de que Ricardo fuera argentino, despertó en él la búsqueda del estilo que hoy lo representa.
Desde hace un tiempo el artista pretende representar su lugar de origen por medio de sus creaciones, allí surge la serie de homenajes a reconocidos personajes como Benito Quinquela Martín, Ernesto De la Cárcova, Cesáreo Bernaldo de Quirós y Eduardo Sívori, como así también parte de nuestra cultura a través de leyendas mitológicas de toda la Argentina.
Es la manera que tiene de presentar al mundo el arte Argentino.
En la búsqueda de ese estilo explica; valiéndose de una frase de Pablo Picasso: “Los artistas copian, los grandes artistas roban”, que Ricardo reafirma que no pretende crear un nuevo movimiento en el arte, pero sí busca ser original, para ello extrae lo mejor de los períodos que más le han cautivado para encontrar su propio estilo. Su obra posee cualidades del realismo mágico, del barroco, del gótico tardío, entre otras; y con la combinación de estas forma algo nuevo, algo que lo hace propio e inconfundible.
Mi viaje también me permitió reencontrarme con amigas, amistades que nacieron compartiendo la pasión por el arte y que a pesar del tiempo y la distancia sigue fuerte como el primer día. Reencuentro con amigas santafesinas, Nelly Zicari y Silvia Guidi.
Colabora
Claudia Olefnik.
Artista plástica.
Responsable del Taller Monarcas.
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