En el transcurso de los años, hombres y mujeres de la tierra colorada forjaron un fascinante futuro a través de las distintas ramas del arte, la música, la danza, la pintura, la literatura, la ciencia, la tecnología y otras tantas actividades que van dejando huellas imborrables en diversos ámbitos, a lo largo y ancho de la provincia.
Por eso, PRIMERA EDICIÓN, reconoce a Benito Almiro Del Puerto, por su incansable trabajo de promover la actividad cultural y brindar un espacio a los artistas. Es actor y gestor cultural, y uno de los pioneros del teatro independiente en Posadas.
Estuvo bajo la dirección escénica del Teatro del Centro del Conocimiento y actualmente es director del Centro cultural Vicente Cidade de Posadas.
Benito Del Puerto, nació hace 65 años en el departamento de San Ignacio de Loyola, Paraguay, es hijo de Almiro Del Puerto y Hortensia Fernández.
En 1959 su padre, por ser militante del Partido Liberal, huyó del vecino país y se radicó en la ciudad de Puerto Piray, al año siguiente, Benito junto a su madre y dos hermanas llegaron a la tierra colorada, y desarrollaron durante cinco años un negocio de Ramos Generales. Luego para que su hermana continuara con sus estudios se mudaron a Posadas.
Ya instalados en la capital, Benito ingresó al Bachillerato Humanista donde se recibió en 1972: “Es un excelente colegio estudiábamos: latín, griego, francés e inglés y sobre todo Letras y Arte, seguramente eso me impulsó a estar donde estoy hoy” confió.
Al año siguiente viajó a la Ciudad de Resistencia para seguir la carrera de arquitectura, pero fueron años donde predominaban los conflictos sociales y el auge del movimiento de los Montoneros, a lo que se sumaban la persecución de algunos estudiantes por parte de las fuerzas militares. Esto hizo que en 1973 retorne a Misiones y continúe la carrera de Licenciatura en Administración de Empresas, durante ese ciclo aprobó cerca de 30 materias, pero sentía que no era lo suyo.
En 1974, ingresó a la empresa de neumáticos Mariano Acosta, donde se desempeñó como Gerente Administrativo. Su trabajo lo ayudó a estudiar y a ejercer paralelamente la carrera actoral, que se convirtió en su gran pasión.
Fue así que en 1988, abrió su propia Sala de Teatro “El Desván” que estaba ubicada sobre calle Sarmiento entre Colón y San Lorenzo. “Ese año decidí jugarme y alquilar en pleno centro de la ciudad, era un espacio humilde pero con la misma compañía de actores armamos todo: el escenario, las luces y nos fue muy bien”. De allí en adelante no descansaba en promover diferentes propuesta teatrales y convertir al Teatro Desván en un lugar de encuentro: “El alquiler era caro y teníamos que vender entradas y hacer producciones constantemente. Pero al tiempo la sala se transformó en un ícono del teatro independiente”.
Un lugar donde se les brindaba espacio a otras compañías teatrales, incluso llegó a generar diferentes propuestas, como fiestas temáticas, recitales, encuentros sociales y todo aquello que permita mantener la sala y atraer al público.
Sus obras teatrales recorrieron distintos puntos de la provincia, donde conjuntamente con el Ministerio de Educación presentaban propuestas para enseñar a través de las artes escénicas.
Esto llevó a que en 1997, el subsecretario de Cultura Julio César Vázquez y la directora de Cultura María Irene Cardozo le ofrecieron la dirección del Centro Cultural Cidade para que continúe con su tan importante tarea que venía realizando con su compañía teatral: “siempre fui un admirador del Cidade, era un poco mi sueño, y a veces lo que uno desea se cumple en algún momento, miraba la programación y decía, ‘qué bueno debe ser trabajar acá’ ni siquiera pensaba en dirigirlo” confió. Fue así, que durante 10 años el artista le dio su impronta y un nuevo estilo que lo convirtió en más abierto e inclusivo para el visitante, su equipo de trabajo comenzó a tener una conexión más fluida con el público y otros artistas.
En el 2007 fue convocado en la dirección escénica del Centro del Conocimiento donde se destacó durante casi una década. “Acepté el cambio porque me parecía que era un proyecto superador donde trabajé con mucho placer y alegría, el público pudo ver producciones nuevas como: comedias musicales, orquestas, espectáculos de primer nivel, ópera y ballet cuyas compañías no cabrían en ningún escenario de Posadas, sin embargo el Teatro Lírico, brinda una gran infraestructura en cuanto a luces y sonidos y no tiene nada que envidiar a una sala porteña de la avenida Corrientes” expresó.
En el 2016, la licenciada Lucía Mikitiuk, asumió la Subsecretaría de Cultura provincial y convocó nuevamente a Benito, al frente del Centro Cultural Cidade “volví a mi casa, a este espacio que tanto quiero, el pedido fue porque conocían mi perfil, fue como recuperar el espíritu de mi anterior gestión que supe darle: para bien o para mal, supongo para bien por eso me convocaron” opinó entre risas.
En la actualidad el espacio cultural atiende todos los días de la semana y sus puertas están abiertas desde las 8 hasta las 22, ofreciendo: charlas, conferencias, presentaciones de libros, fiesta temáticas, exposiciones, conciertos de música en todos sus género espectáculos, danzas y festivales, entre otros. “No tenemos ninguna actividad que sea protagonista en sí misma, hay una oferta variada, tratamos de que todas las actividades que pasen por el lugar sean accesibles para el público” puntualizó.
Para finalizar dijo: “Este es mi terreno, estoy en un lugar que elijo todos los días de mi vida, me hallo y siento que soy útil, estoy más que feliz de estar en este espacio que llegó como un regalo por mi trabajo de actor y gestor independiente, tuve mi propia sala en una época que no existía las mieles del Instituto Nacional del Teatro, y hacíamos a pulmón poniendo plata de nuestros bolsillos, resignando tiempo de nuestras familias y trabajos, pero siempre la vida y la comunidad fueron generosas conmigo y de cierta forma devuelvo lo que he recibido”.