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Una noche de domingo de plena furia. Un pasajero internado, un remisero herido y policías lesionados, fue el saldo de un viaje desde la localidad de Guaraní hasta Oberá en la que no escasearon los golpes de puño, puntapies, insultos y amenazas de muerte.
Pasadas las 22 efectivos de la comisaría Primera y del Comando Radioeléctrico de Oberá debieron trasladarse rápidamente hasta el frente de una vivienda de calle Iguazú, porque allí un conductor de remís de 45 años se encontraba lastimado luego de ser ferozmente atacado por un pasajero de 58 que habría perdido el control y se negó a pagarle el valor del servicio que le exigió por trasladarlo desde Guaraní a este punto.
Pero no sólo la negativa se evidenció en una discusión e insultos, de inmediato el sujeto comenzó a romper el interior del automóvil.
El taxista de inmediato llamó a sus colegas más próximas, quienes reaccionaron al pedido, pero cuando arribaron no habrían escatimado en guardarse golpes o preferido una alternativa pacífica para resolver la situación.
Entre cuatro se despacharon con una golpiza de ribetes cinematográficos, que obligó a los integrantes de la Unidad Regional II no sólo a detener a quien inició la contienda molesto por el monto que le exigió el conductor, debieron llevarlo de urgencia al Hospital SAMIC por la gravedad de las lesiones.
El remisero cuando pudo reponerse de la conmoción por los puñetazos que recibió fue llevado a radicar la denuncia a la sede policial mencionada. Allí detalló que fue atacado a golpes pero primero amenazado de muerte, y que todo se originó luego que le dijera al cliente cuanto le correspondía abonar. Aseguró que temió por su vida ante la irascibilidad del sujeto de 58 años.
La misma sensación acompañó a los uniformados que intervinieron en la detención y en el auxilio al denunciante, porque el enfadado pasajero se lo dejó bien en claro ya que todos debieron recibir curaciones y analgésicos por la resistencia violenta que opuso. Una vez que le dieron el alta fue alojado en la seccional Primera a disposición del juez de turno, Horacio Alarcón.