Al observar cómo se trabaja en otros países y en materia de costos y tiempo empleado, nos sorprende realmente por la gran diferencia en comparación a lo que sucede en nuestra Argentina. Está demás decir cual es el motivo de esas diferencias, porque el más desorientado está al tanto. ¡Ah!, pero es más fácil mirar a un costado o decir: “Es problema de los otros, no mío”.
Así nos va, así estamos y lo curioso de todo es que aparecen miles opinando sobre el presente, de lo que estamos viviendo hoy, ¿pero del pasado no recuerdan? O mejor no hablar de lo que sucedió, no tomar en cuenta de los cada vez más “detenidos que han aceptado haber estado en infracción” o “porque la Justicia los encontró en la maraña de cosas turbias que no supieron justificar”.
Y ese es el panorama que se refleja en el mundo y todavía están los que critican porque no vienen inversores. Pero sus ojos no ven que todos los días hay manifestaciones, cortes de avenidas, autovías, rutas y a todo este abuso está el investigado y millonario dudoso que amenaza con realizar “paros cuyos costos son millonarios”; pero como tiene mala intención y sospecha que en cualquier momento acompañará a los otros enjaulados, busca prensa para demostrar –supuestamente- que no tiene miedo a lo que se viene.
¡Otro más! Si, sindicalista que aprovechando la oportunidad de estar al frente de un sindicato, se fue “proyectando en silencio como quien camina en noche de luna nueva y no tropieza”. Pero siempre hay alguien que ve, que habla y por eso cae en la investigación y el 90% de los argentinos nos enteramos que ese individuo –porque señor no es-, hábilmente se pasó la raya, los límites de su función y le tomó el pelo a todos los inocentes trabajadores que creían en él y aportaban mensualmente su cuota.
Y vaya a saber cuántos más están en esa situación, en cosas raras, ocultos en depósitos que desde afuera parecen desocupados o en supuesto orden. Y a estos ilícitos los favorece el “no te metás”, o “el miedo”, o “ya va a caer”, etc.
Claro que están los “protegidos” por personalidades cuyo cargo disimula cualquier sospecha y a veces hasta nos cruzamos cotidianamente con esos “señores de la clase diferencial” a tal extremo que nos saludan y todo, aunque algunos prefieren ser recios o se hacen los distraídos. En fin, son algunas de las tantas cosas que suceden en nuestra querida Argentina que ya se parece a “un caballo salvaje que nadie puede domar”.
La hipocresía, la habilidad extrema en política y la ambición son utilizadas por quienes estudian minuciosamente a la sociedad para de esa forma avanzar y crecer económicamente sin importarle las posibles consecuencias a futuro.
No hacen falta ejemplos, porque las redes sociales y alguna que otra prensa saca a la luz hechos irregulares y algunas veces aparecen nombres conocidos que el tiempo dirá si rendirán cuentas ante la Justicia.
Mientras existan quienes al estar en el poder no sientan el orgullo de ser verdaderos argentinos y busquen con idoneidad y esfuerzo el camino correcto que proyecte al país hacia el crecimiento, generando trabajo y buena administración, todo será en vano. Mantengamos las esperanzas y el optimismo que nos dan fuerzas para seguir adelante.
Ernesto Doedderer
Posadas (Misiones)