El Gobierno nacional volvió a pisar en falso. Decidió dar marcha atrás con el cobro extra a los usuarios del gas en red. Hasta ahí y sin más datos sería una prueba más del fatal e interminable ensayo de la prueba y el error que signa a Cambiemos desde que es lo que es, o lo que sea que es.
Pero he aquí que el peso directo que iban a padecer los clientes de las prestadoras del gas en red será distribuido ahora entre todos los argentinos, aquellos que no tienen gas en red y hasta aquellos que ni gas tienen. Una prueba más de que el federalismo existe en Cambiemos solamente cuando de sacrificios se trata.
La polémica decisión de trasladar las pérdidas económicas que sufrieron las concesionarias por la devaluación caló fuerte y hondo en el seno mismo de la alianza en la que manda el PRO. Se llevó puesta gran parte de la relación con Elisa Carrió y algo de la UCR que sigue soportando el rol de convidado de piedra y socio en la pérdida de caudal político.
Fueron desde esas agrupaciones que surgieron fuertes críticas en momentos en los que el abroquelamiento de Cambiemos pasa por jornadas difíciles.
Flojo de conceptos anduvo el secretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel, cuando se arrogó la facultad de rector de críticas y acusó a los militantes K de ser los únicos que se quejan de lo mal que nos va y de lo peor que nos va a ir todavía.
Debería Mauricio Macri acusar recibo de la falta de sensibilidad del funcionario y, cuanto menos, llamarle la atención. No puede ser que mientras el mandatario haga el acting de sensible ante la dura realidad económica sus secretarios evalúen tan livianamente la sensación de hastío de los argentinos.
Pero más allá de la lectura política es necesario repetir que, ante una nueva metida de pata, el Gobierno nacional que dejó subir al dólar a estos niveles nos cobrará a todos los argentinos un poco más para compensar las pérdidas de las empresas proveedoras de gas.
Una vez más todos los argentinos deberemos afrontar con nuestras desgastadas economías otro error abismal de un Gobierno que, a poco más de un año de cumplir su mandato todavía no encontró el rumbo, o al menos el camino que beneficie a todos y no a unos pocos.