
El conflicto que se reveló en PRIMERA EDICIÓN el pasado 3 de octubre entre el diputado provincial Gustavo González (UCR) y su ahora exasesor Federico Villagra, tuvo un nuevo capítulo.
El Ministerio de Trabajo de la provincia ordenó restituir su contrato al economista que denunció al legislador eldoradense por haber sido despedido “en forma arbitraria” y luego reemplazado por otra joven asesora.
Es que Villagra, afectado en su condición laboral y también personal -por la que consideró una “situación humillante y denigrante“ que está atravesando- presentó una demanda contra el Poder Legislativo misionero, reclamando haber sido “maltratado y despedido sin causa”. La Legislatura giró el caso a Trabajo que, en las últimas horas, ordenó la restitución laboral del demandante.
Tal como informó PRIMERA EDICIÓN, el joven Villagra además fue citado por los diputados de la Comisión de Asuntos Constitucionales por ser testigo del enfrentamiento físico y verbal entre González y el renovador Roque Gervasoni(que también denunció al radical) dentro del edificio legislativo, hace pocas semanas.
En ese marco, el echado exasesor brindó una semablanza del legislador en el trato cotidiano y que no eran conocidas hasta el momento. Dijo que “de un día para el otro y sin mediar motivo alguno”, el radical González lo dejó “en la calle”. Aún faltaban tres meses para que finalice su contrato, pero esta situación,” no fue impedimento” para ser despedido “un miércoles de Semana Santa. Yo la pasé mal. Soy economista y tengo un hijo. De un día para el otro me quedé sin trabajo en la Cámara, donde yo era asesor de Gustavo González. Me dolió, lo sufrí y por eso conté mi historia a mi empleador”.
Pero las consecuencias de la “ruptura intempestiva de mi contrato” trajo aparejado otras complicaciones vinculadas con su salud. “Comencé con trastornos de sueño, ataques de pánico, fobias y una profunda desilusión y tristeza”, relató.
Para el joven dirigente de la UCR, el comportamiento del diputado González no le pareció “digno de una persona de bien, sino todo lo contrario”.
En este sentido, lo calificó como una persona “sin sentimientos, en la cual en muchas ocasiones he sido víctima de destratos verbales, teniendo que ocuparme de tareas que nada tenían que ver con el trabajo asignado, por la necesidad económica en la cual estaba situado, sin tener opciones que elegir, siendo González un jefe muy autoritario”.
Para Villagra, González “se volvió casi adicto a las redes sociales y terminó confundiendo su rol de legislador con el rol de twittero porque todo el tiempo piensa en aparecer con alguna denuncia en Twitter o Facebook, es lo único que tiene en la cabeza”. Por esta razón, explicó, “últimamente se alejó mucha gente de su entorno”.
Sobre la situación política dijo que “esta es mi principal razón para impulsar una lista y presentarme como candidato a las elecciones internas del radicalismo, para defender a los radicales que quieren trabajar por la gente y para que se caigan las caretas de algunos dirigentes autoritarios y desinteresados, que sólo piensan en sus propios intereses y no hacen nada por la gente”, enfatizó.