Desde hace algunos años han surgido campañas que buscan generar conciencia sobre los beneficios del reciclaje para evitar la utilización de elementos contaminantes. Son varios los emprendimientos misioneros ambientalistas que apuestan por sacar de circulación los residuos que tardan años en degradarse.
Fue así que, tanto en la ciudad capitalina como en otros municipios, han surgido ordenanzas y medidas que apuntan a la reducción de bolsas y utensilios que estén hechos de plástico.
Recientemente, en el Concejo Deliberante posadeño se presentó un proyecto de ordenanza que apunta a las casas de comidas rápidas y los elementos que utilizan. Según esta iniciativa, presentada por el edil Juan Rossberg, busca que todos estos establecimientos cambien todos los elementos plásticos que brindan a sus clientes. Es decir, que los utensilios pasen a ser todos de materiales biodegradables o que puedan volver a utilizarse.
De esta manera, de ser aprobada la medida, estos emprendimientos gastronómicos de Posadas se verían obligados en el plazo de un año a cumplir con esta medida. Este cambio llevaría a dejar de lado el uso de vasos, botellas, manteles y cubiertos fabricados con derivados químicos del petróleo. Aunque regiría sobre los locales de comidas rápidas, de convertirse en ordenanza incluiría también a aquellos dentro de los supermercados y shoppings.
Sin embargo, muchas de las grandes cadenas hace tiempo que han apostado por los vasos y recipientes de cartón, eliminando casi por completo los utensilios de los locales de comidas rápidas , donde sólo brindan la comida con envoltorios para llevar. Ahí se encuentra el próximo reclamo, en el empaquetado, ya que algunos reparten los pedidos en bandejas con cubiertas de plástico. Además de ser transportadas en las típicas bolsas hechas del mismo material.
En cuanto a los materiales biodegradables, la mayoría aún están en vías desarrollo y pasarán años hasta que puedan sustituir el uso de agentes contaminantes el medio ambiente.
Experiencias misioneras
En la provincia, existe un novedoso proyecto de investigación desarrollado por el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM), integrado por becarios del Conicet y graduados de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
Se trata de un equipo que busca producir material biodegradable a base de almidón de mandioca, para remplazar el uso de envases plásticos en el mercado. Bajo el lema “preservación y envases”, trabajan en conjunto con el programa de celulosa y papel de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la UNaM.
Una de las investigadoras, Pamela Cuenca, en diálogo con la revista de investigaciones Nexo, detalló que “el trabajo de confección de envases biodegradables es básicamente con almidón de mandioca modificado. Son modificaciones químicas con una técnica que se conoce con el nombre de casting”.
A través del uso de estas técnicas, “se pensó en la posibilidad de pasar a otra tecnología que es básicamente la extrusión y el soplado para la obtención de plásticos que puedan servir para los envases comerciales como bolsas o camisas plásticas que actualmente se hacen con polietileno”, indicó la investigadora.
Respecto a las investigaciones realizadas en Misiones, Cuenca señaló que “ya existen otros bioplásticos de almidón que son a base de maíz. Entre el almidón de maíz y de mandioca no hay tantas diferencias, pero la fuente botánica influye muchísimo. El almidón de mandioca tiene mucha más viscosidad en pasta que el de maíz y los productos de la gelificación, o sea las películas plásticas tienen características diferentes. Entonces nosotros trabajamos para salvar las diferencias y lograr un producto de industria misionera”.