Al regresar del reciente IV Simposio Herpetológico Internacional llevado a cabo en Costa Rica, Centroamérica, el posadeño Gustavo Gabriel D’Angelo ratificó que la tarea que desarrolla como herpetólogo desde hace más de quince años, está en la senda correcta. “Haber conocido el trabajo que realizan en otros países me dio como más energía para seguir en el mismo camino y saber que no estoy errado, para nada, en lo que estoy haciendo. Lo que sí tengo que empezar a trabajar más con especies autóctonas que son las que se están extinguiendo”, manifestó.
En este encuentro bianual, que se desarrolló en el lodge Selva Verde, D’Angelo disertó junto a reconocidos conferencistas de Estados Unidos y Centroamérica, entre ellos Nidel Marvel, presentador de National Geographic y Discovery Channel y realizador de documentales sobre educación ambiental y conservación. De Argentina “fui el primero en ir y sobre todo con el tema de la herpetocultura, que es la crianza en cautiverio”, dijo, y agregó que los investigadores “de renombre y de años empezaron a cambiar la visión sobre lo que son los animales en cautiverio, dándole una principal importancia a lo que es la reproducción.
Porque se están dando cuenta dentro de las investigaciones y los trabajos de campo que el número de ejemplares dentro de las especies son cada vez menores y eso le exige un miramiento distinto a lo que es el enfoque de lo que ellos tenían sobre la fauna”.
Por participar del congreso tuvo la posibilidad de hacerse de contactos y de adquirir conocimientos que no tenía. “Conocí a gente que tiene procedimientos de cría distinta y para la cría en esta zona me va a servir y mucho, teniendo en cuenta la falta de trabajo sobre nuestra fauna”, acotó.
Sostuvo que en su ámbito, que se remite netamente la crianza de los animales, “que tiene que ver con un control específico del estrés, la higiene y la alimentación, es algo que no muchos lo hacen. Únicamente en Estados Unidos hay personas que trabajan en el tema desde hace mucho tiempo. En la zona de Centroamérica aún no tienen muy desarrollada la parte de la crianza”. D’Angelo tiene “fuertes esperanzas y estoy seguro que en lo que viene, y si el trabajo continúa de esta forma, podremos reproducir muchos animales nuestros.
La idea es poder hacer cría de algunos grupos de culebras que ya tengo seleccionadas según el conocimiento sobre la forma de vida, la alimentación, la habitabilidad al cautiverio. Claro ejemplo de ello es la ñacaniná de monte y de árbol, que son las culebras que tengo desde hace algunos años y que estamos en proceso de cría”.
Lo que más le llamó la atención a este viajero sobre Costa Rica es su idiosincrasia porque consideran a la naturaleza como un patrimonio. “Todos, una persona que esté involucrada en conservación o trabajando para ello, un taxista o uno que desarrolle tareas en el aeropuerto, todos tienen incorporado que tienen que cuidar los animales, las plantas, que no hay que desforestar, matar aves, y eso genera que la fauna pueda encontrar un abrigo y un sustento dentro de la población rural”.
Confió que, sin ir más lejos, en el espacio en el que residían, “encontrábamos por la tarde entre quince y veinte serpientes. Fue algo increíble. Otra cuestión son la cantidad de saurios de tamaño pequeño y grande que andan libres e interactúan con las personas de manera normal, sin problemáticas y sin rechazo. Eso claramente muestra que si el hombre le da un espacio al animal, el que logre sobrevivir, puede convivir dentro de nuestro entorno”.
Los participantes del simposio pudieron admirar a coloridas ranas con los mucílagos de huevos a punto de eclosionar y que “eso fue fabuloso. Haber visto en un espacio natural la reproducción de los animales. Una de las cosas que me fascinó también es haber conocido un cocodrilo. En Costa Rica tuve la suerte de estar al lado de un animal de cinco metros. Eso fue algo que me va a quedar para siempre”.
Nidel Marvel felicitó a D’Angelo por su tarea y le comentó que en la época que ellos buscaban lugares para hacer documentales, “sabían de la gran biodiversidad de la zona en que vivimos, pero no contaban con un registro. Por eso nunca decidieron venir”. Contó que otra persona que brindó una conferencia sobre el conocimiento de campo fue Cesar Barrios Amorós, un naturalista, experto en detección de anfibios, que tiene registrados cerca de una docena de anfibios para Costa Rica y para otras partes del mundo.
Otro apasionado que estuvo en el simposio fue Jaime “Culebra” García, fotógrafo naturalista. “Haber visto su fotografía y escuchado sobre los avistajes en los que participó fue algo fascinante. Además, hubo mucha gente de Norteamérica que tiene criaderos y conocí a la familia de Víctor Quesada que tiene un centro de rescate en Centroamérica, con unos dos mil animales, todos en población en concentración para la cría y la exhibición para que se conozca la herpetofauna del país”, recordó. El hecho de haber participado y conocido a mucha gente lo lleva a pensar que la problemática se presenta a nivel mundial.
“Pensé que pasaba sólo en Misiones por las políticas o por problemas sociales, idiosincrasia y demás, lo cierto es que todo el mundo está pasando por lo mismo. A los animales ya no les alcanza con que los dejemos al libre albedrío de su zona naturales. Lo cierto es que nuestra actividad impacta de manera significativa en el ambiente. La única respuesta para que los animales sobrevivan es establecer colonias de cría en cautiverio. Dicho de otra forma que le busquemos por parte del hombre un interés hacia los animales. Esa será la única preservación verdadera a futuro”, reflexionó.