Todos transitamos una época, y a la vez, según vamos creciendo, conocemos otras épocas con sus propios protagonistas. Y aunque no tengamos bien en claro, pertenecemos a una Generación Identificada.
Antropólogos y sociólogos, entre otros, con el pasar de los años fueron identificando y nombrando así a las distintas Generaciones. No fueron entonces tan tenidos en cuenta, como hoy en la actualidad con el origen de la famosa palabra Millennials.
¿Pero, quienes son los Millennials?
Nacidos entre los años ’81 y ’96 (según un análisis de la Pew Research Center), marcan la época de la “Famosa Generación Y” o comúnmente llamados “Millennials”. Son las personas de la era de la digitalización, manejan la tecnología con mucha facilidad y adaptación, crecieron y se formaron junto a todos los cambios tecnológicos.
Con rasgos intolerantes a la frustración, pero inmediatos para lo que les Interesa, ellos sí lo quieren todo ahora, y nada para mañana. Probablemente nunca lleguen a entender que el mensaje de constancia y la paciencia forman parte del crecimiento y la maduración de una persona.
No existen razas, países, idiomas, etc. sólo basta con tener entre los 22 a 41 años, para ser reconocido como un Millennial.
Acusar a los Millennials de ser la supuesta “generación del fracaso” es realmente grosero. Comprender a un joven del milenio, es muy difícil. Son indomables, y tampoco les interesa entrar en las razones de generaciones anteriores. La falta de buenos líderes en la sociedad genera un gran conflicto, sobre todo cuándo no existen buenos guías que puedan guiar hacia un norte a la juventud.
Ser joven es ser revolucionario, es ser todo ahora, romper la barrera de la experiencia para aprender de manera propia lo que está bien o está mal. Muy poco interesa en esta etapa ir aprendiendo de los errores. No son prejuicios, ni tampoco críticas, son muchas veces realidades a las que uno se va enfrentando. Quienes deseen asumir una responsabilidad, comprenden que el margen de error es chico, pero intentan realizar siempre cambios que favorezcan el camino del aprendizaje o buscan facilidades para resolver distintas problemáticas.
Un buen ciudadano es aquel que asume su propia responsabilidad cívica que colabora a un mejor funcionamiento de las instituciones formales e informales que rigen al país o a una institución.
Esto está claro. Ahora bien, ¿cómo se logra captar la participación activa de la juventud al deber cívico, a las instituciones, o participar de una política que les interese moralmente? ¿Cómo es la participación de la juventud en la política actual?
La respuesta la encuentran a través de los medios digitales, la Hipercomunicación, las Redes Sociales.
No es nada nuevo llevar adelante una campaña a través de redes sociales, es verdad. En esta época el acceso a las conexiones es mucho más común que años anteriores. Por este medio, se crea un feedback entre el anunciante político y el elector. Los jóvenes hoy en día no dudan en expresar sus opiniones respecto a un candidato ni mucho menos la participación en las redes desde un teléfono celular. Esto va creando la imagen en la red social.
Por este medio se capta de una manera más rápida la atención de la juventud hacia un partido político, agrupación, etc, y por ello la inversión de los partidos políticos en esta famosa herrramienta es una apuesta fuerte.
¿Qué tienen que ver los Millennials con la política, con las redes sociales y con su participación?
Justamente todo, los Millennials son la generación activa de las comunicaciones digitales, su atención se centra casi ciento por ciento en las redes, y se crean sus opiniones que van desde la aceptación a la negación.
La política mundial vio entonces nacer una nueva manera de expresar no sólo sus intenciones, sino de llevar su propaganda al modelo digital. Así nace el Marketing Político Digital.
Lastimosamente las redes sociales nos van a enseñar una imagen política de venta. Pero las verdaderas realidades siempre se van encontrando en la militancia, en el camino del día a día. Y existen realidades muy fuertes que el joven idealista o el joven comunicador social necesitan aprender y conocer.
Que los jóvenes participen de la política actual es muy importante, son la generación del momento. Más allá de las políticas de integración que sólo tienen fines de escuchar a la juventud, lo más importante es su participación proactiva, la militancia y la actuación en el escenario político. Los jóvenes mientras más cómodos se sientan, más se expresan y más participan.
Piensen en esto, en las últimas elecciones sólo los jóvenes de entre 16 y 18 años conformaban un total de 1.129.824 electores habilitados, en nuestra provincia el voto joven tuvo una participación del 53% en las Paso y casi del 60% en las Generales. Claramente marca un índice importante y por supuesto también podría marcar el destino de los resultados electorales.
El rol de la juventud en la política misionera tiene que ser un estandarte político y en los próximos escenarios va a jugar un papel muy fuerte. Hay que saber aprovechar, informarse, prepararse y actuar debidamente con buen deber cívico.
Las generaciones marcan un ciclo y en ella la moda, las circunstancias sociales, la música, la política u otros tantos factores son moldeadores de las personalidades de una época.
Es importante entender que debemos tener una cierta comprensión mutua y respeto a la característica de cada individuo. Tener una apertura hacia estos conocimientos nos puede dar una ayuda al momento de realizar nuestra comunicación de manera más efectiva hacia todas las generaciones.
Sepamos los Millennials que debemos comprometernos, entender y reconocer nuestros errores, aunque nos cueste. Hay mucho más que aprender y verdaderamente poco que perder.
Lleva tiempo y trabajo, es verdad, pero es necesario al momento de sentirnos preparados para abandonar de manera efectiva las frustraciones y los errores comúnmente cometidos por nosotros.
El amor por la vida, los momentos alegres junto a la familia, las buenas relaciones humanas y las amistades, la participación para una sociedad más justa y por los derechos sociales, entre otras tantas cosas son necesarias para todo el pueblo misionero.
Debemos socializar, y realizar un gran balance vida/tecnología, entender que hay momentos realmente lindos e importantes, situaciones a las que debemos hacer frente para hacernos fuertes. Sumar colectivamente para el bien común de nuestras vidas.