Se volvió a insistir en el reclamo de que se construyan reductores de velocidad en la ruta nacional 14, ahora entre los kilómetros 977 y 981, tramo que corresponde a la zona urbana sanvicentina, que registra la mayor cantidad de circulación de automóviles y escenario de numerosos y constantes siniestros viales. También se exige la construcción de colectoras en ambos márgenes de la ruta.
El pedido puntual de Carballo y Rockenbach (PAyS) tiene que ver con el acceso Norte de la ciudad, especialmente entre los ex kilómetros 1.261 y 1.265. Son 4.000 metros donde hay mucho tránsito vehicular, tanto de camiones, camionetas, coches, motos, bicicletas y peatones.
Los ediles presentaron ante sus pares el proyecto de comunicación al Ejecutivo municipal para que “disponga y arbitre los medios necesarios para el emplazamiento de reductores de velocidad”, pero además se incluye otro pedido destinado a la Dirección Nacionalidad de Vialidad para la “ejecución de calles colectoras en ambos márgenes de la ruta nacional 14 en el municipio de San Vicente”, con la intención de sacar el tránsito vecinal de dicha arteria.
La ausencia de una calle colectora apropiada hace que el tránsito vecinal se mezcle con el de larga distancia y también provoca que los peatones caminen sobre la calzada asfáltica, aumentando la posibilidad de que ocurran graves accidentes.
Así, se vuelve a reiterar un reclamo que la sociedad sanvicentina viene reiterando desde hace muchos años a través de sucesivas notas -en las que se piden puntualmente “lomos de burros”- marchas y manifestaciones al costado de la ruta, sin que jamás se haya recibido respuestas.
Pero el reclamo de la comunidad no se circunscribe sólo a ese tramo de la ruta nacional, sino también al acceso Sur a la ciudad, donde también ocurren siniestros viales con frecuencia.
Es que la zona urbana de San Vicente ya se extiende unos cinco kilómetros en ese lugar, desde la rotonda Sur hasta el kilómetro ex 1255, y los incidentes de tránsito están a la orden del día.
El accidente fatal ocurrido hace casi un mes, en el kilómetro 978, donde perdieron la vida un trabajador municipal y otro de EMSA, volvió a poner de manifiesto la necesidad de reductores de velocidad, ya que -según argumentan- los automovilistas no suelen respetar las señalizaciones existentes en la ruta ni los límites de velocidad establecidos.