La intrusión más resonante, en inmediaciones de la Escuela 927 y el barrio 180 Viviendas, lejos de diluirse se afianzó.
“Ya quedan pocas carpas, hicieron casitas de madera y piso de material. Días pasados, una empresa de venta de materiales de construcción ingresó a dejar evidentemente una compra que hicieron”, comentó a PRIMERA EDICIÓN una vecina.
“También vimos cómo hicieron sus mudanzas, creo que ya no van a salir”.
Son alrededor de treinta familias, entre aquellas que permanecen en carpas y las que construyeron sus casitas.
“Por suerte la convivencia es buena, antes pedían agua y usaban baños de la escuela, pero ahora ya no necesitan” señaló la mujer.
Mientras tanto el dirigente rural y presidente de la comisión vecinal, Hugo Silva, continúa tras las rejas desde el 22 de septiembre pasado, cuando fue detenido por su presunta incitación al delito de intrusión.
La otra toma, a la vera del arroyo Lata, continúa de igual manera, si bien con menor cantidad de intrusos. Se especuló que el último temporal desalojaría a los ocupas, pero las familias permanecen en el lugar.
También se ocuparon tierras en el denominado Barrio Aeroclub, aunque no hubo quejas ni trascendidos por la toma.