
Como todos los años, el dinero de la venta de los productos se destinará a la compra de insumos para sostener los talleres.
“En el taller de arte y expresión trabajamos con distintos materiales, dependiendo de la situación, y también enseñamos a reciclar. Trabajamos con arcilla porque les ayuda mucho a los chicos a relajarse y la cuestión de motricidad; también les resulta muy terapéutica la confección de alfombras con restos de telas. Nuestro fuerte es la arcilla. El principal objetivo de los talleres es terapéutico pero también les da una salida laboral que es muy importante para las personas ciegas y con baja visión”, detalló a PRIMERA EDICIÓN uno de los coordinadores de los talleres, Cristian Protzer.
Asisten al centro del ciego alrededor de 120 personas de todas las edades.
El dinero de la venta de los productos se destina al sostenimiento de los talleres, “la arcilla y los esmaltes son un poco caros y también lo es el mantenimiento del horno que llega a 1200 grados de temperatura”. A los que además de participar de los talleres quieran diseñar piezas de cerámica como salida laboral, se les permite utilizar el horno de la institución si colaboran con el costo de mantención.