La decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Graciela Morgade, integró la comisión de especialistas a cargo de elaborar el documento de base para los delineamientos curriculares que regulan la Ley de Educación Sexual Integral.
Morgade brindó una mirada a PRIMERA EDICIÓN a fin de aclarar algunos interrogantes y dudas que existen al momento de pensar la ley. Analizó qué se cumple, qué se quiere reformar y los orígenes del rechazo a la ley a causa de una supuesta “ideología de género”.
A continuación las partes más destacadas de la entrevista.
Qué es la ley de Educación Sexual
Es un proyecto pedagógico que intenta, por un lado, sacar a la sexualidad del territorio de lo biológico, del tabú, de las morales religiosas para incluirlo dentro de lo que está establecido en la Constitución que son los Derechos Humanos.
Además de ello apunta a construir una mirada histórica, cultural, psicológica, ética que trasciende el sentido clásico de la educación sexual para la prevención de enfermedades o para evitar los embarazos no deseados.
En la medida que se va desarrollando el programa, a lo largo de los años de implementación, también se va enriqueciendo y haciendo más profundo el sentido de la ESI.
A qué apunta la reforma
El debate parlamentario tendiente a actualizar el articulado de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral y del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, es uno de los que más movilizan a la sociedad, la cual se viene manifestando tanto a favor como en contra.
En ese sentido, hay relativamente escasa información sobre las modificaciones propuestas: La modificación del artículo 5 de la Ley 26.150 elimina las arbitrariedades institucionales a las que da lugar (ideario institucional).
La modificación del artículo 1 que incluye en la definición de integralidad la perspectiva laica y científica; establecer de orden público y no de adhesión la Ley 26.150 lo que implica la discrecionalidad de las provincias respecto a su aplicación y su garantía de obligatoriedad.
La reforma del artículo 2 que incluye leyes sancionadas con posterioridad: Ley de Identidad de Género (26.743), Matrimonio Igualitario (26.618).
Educativo, académico y político
Lo interesante desde mi punto de vista es que a medida que la ley se iba desplegando el programa también iban apareciendo otras discusiones que hacían que los temas de la ESI tuvieran lugar en las escuelas, más a causa de los debates sociales que la reglamentación en sí, establecida en el plan de estudio.
En 2010, cuando se votó la ley de matrimonio igualitario y en 2012 la ley de identidad de género. Esas leyes también empiezan a darle un contenido de la educación sexual, que en el origen no estaban. Pasó lo mismo con la primera movilización #Niunamenos que hace que la Educación Sexual Integral tome mucho más explícitamente las demandas acerca de atender la problemática de la violencia.
El problema de lo transversal
Como no hay un referente que se encargue, tienden a no darlo nadie.
Habrá que encontrar la manera institucional para que se articule con los contenidos de las materias y en algunos casos, también organizar actividades específicas en algunas materias como historia, que puede tomar como eje la historia de la familia, de la infancia, del amor, algo que es tan interesante y que se piensa que fue siempre así.
Es una responsabilidad de las autoridades velar para que se vayan encontrando los espacios en donde se trabajen los temas de las ESI.
“Educación para el amor”
Una comunidad tiene el derecho de transmitir su ideario pero sin negar el contenido de la ley. Puede decir: “para nosotros es deseable que la genitalidad se desarrolle dentro del matrimonio. El método anticonceptivo que proponemos es la castidad”. Lo pueden decir, lo que no pueden es ocultarle a los jóvenes los métodos anticonceptivos. O decir que el destino de una mujer es ser madre, o que es “normal” que haya violencia o que hay que callarse la boca cuando hay abusos.
Un padre o una madre que no entiende qué es la ESI, tiene una angustia genuina. Ante eso las escuelas y los medios tienen mucho que hacer para dialogar y pensar, pero hay que distinguirlo de los grupos organizados que están haciendo una fuerte campaña en contra de que se brinde educación sexual. Ojalá que todo el trabajo cultural que se viene haciendo pueda ponerle freno a éstos discursos en contra de la ESI.
Escuelas como lugar de encuentro
Los contenidos de la ESI tienen que darse en todas las escuelas, estatales y privadas, porque así lo dice la ley.
No estaba en el espíritu de la noma aquello de la enseñanza según el ideario de las instituciones. Posteriormente se fue manipulado como para oponerse a los contenidos.
El “famoso” artículo 5 : “Lo que una escuela puede hacer, porque es legal y forma parte al derecho de libertad de culto, es decir que para su comunidad determinadas formas de organización de la familia son las “deseables” (para ellos). Lo que no puede decir una comunidad, cualquiera sea su ideario, es negar la existencia de otras configuraciones de familia y tampoco se puede pensar y enseñar que las otras formas no heterosexuales son ilegales, inmorales o enfermas.
“En democracia no podemos permitir que en las escuelas se omitan las realidades que hoy tenemos (matrimonio igualitario e identidad de género)”.
Hay una campaña que está agitando algunos fantasmas e intentan aterrorizar a algunas familias que apelan a una especie de pánico que tenemos que revisar.
La escuela debe ocupar allí un lugar para la integración de las diferencias, para el respeto de los derechos de esas diferencias y no un lugar donde excluya, haga bullying o se discrimine.
Las familias tienen todo el derecho de hacer su educación; sin embargo el Estado debe velar que las escuelas sean lugar de encuentro entre las diferencias.