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Luego de dos años de trabajo, mañana comenzará el rodaje de “La Encrucijada”, una producción misionera ganadora del Concurso Federal de Series de Ficción Web del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Con más de 40 personas que conforman el equipo técnico y elenco artístico, esta serie se filmará durante dos semanas en distintos escenarios de Posadas.
A la cabeza del equipo se encuentran Victoria González (productora), Nahuel Coutinho (director) y Arón Lértora (guionista y codirector). Todos jóvenes egresados del Instituto Montoya que tendrán su primer gran desafío de producir una serie web de 10 capítulos, de entre 8 y 10 minutos de duración cada uno.
La idea surgió el año pasado en la incubadora de proyectos del IAAviM. Durante la experiencia, el equipo participó de tutorías y seminarios que ayudaron a pulir el proyecto hasta su presentación al concurso del INCAA, siendo seleccionado en enero de 2018.
La serie se desenvuelve en “La Encrucijada”, un bar donde la vida de diez desconocidos llega, sin que ellos lo sepan, a un punto de inflexión en una misma noche. Historias de amor, venganza y odio se entrecruzan. Ninguna de estas diez personas serán las mismas después de dejar el bar.
“La temática principal de la serie gira en torno a las decisiones y cómo estas afectan nuestras vidas. Por otro lado se trató de tocar temas de interés social y problemáticas actuales. Se buscó que los personajes (con excepciones) sean lo más humanos y aterrizados posible”, describen Coutinho y Lértora.
El objetivo principal de “La Encrucijada” es entretener -dicen sus realizadores-, pero también busca mostrar que “Misiones no es sólo selva, monte y tareferos; que nos atraviesan otras problemáticas, que tenemos ciudades. Mostrar otra cara de la sociedad misionera”.
Para González también es importante valorar que en la serie “la mayoría son misioneros, y todas las locaciones son en Posadas. Esto implica generar trabajo e inversión en la provincia y para el sector audiovisual”.
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La historia
Un hombre sentado solo en un bar, triste… Más que triste desesperanzado. Su cara es una máscara de dolor y junto a él… una botella. Esa fue la visión que dio origen a todo esto. “Tratar de responder a las preguntas de ¿quién es? ¿Por qué está solo? ¿Qué le pasó? Dio origen a la premisa del segundo capítulo de la serie”, describe Lértora.
Pero qué sucede con las demás personas del bar. Esa pregunta sumó las historias de otros diez extraños que se cruzan en el mismo bar y que sin saberlo tomarán decisiones que darán un vuelco a su vida.
Sobre la construcción de los personajes que dan vida a los diez episodios, los realizadores confiesan: “Nunca quisimos que ninguno sea ni bueno ni malo, siempre se buscó la ambigüedad, que sean grises. Creemos que esto enriquece enormemente al relato, lo hace más creíble, más cercano a la realidad. Queremos que las historias se sientan reales, que sean historias que puedan pasar en nuestra ciudad. Historias de amor, historias de amistad, violentas, sucias, de redención, de malas decisiones… Historias que nos puedan pasar a nosotros”.
Al ser un unitario, cada capítulo toca una temática a través de diferentes géneros y se presenta la posibilidad de variar en la estética de los capítulos.
“Lo único que se mantiene a lo largo de todos los capítulos es la estética del bar, mientras que en el resto de las escenas irá variando”, describen Coutinho y Lértora, y se preparan para materializar cada una de esas ideas a través de la cámara.
El equipo está conformado por 19 técnicos y 25 actores; la mayoría de Misiones y también algunos de Buenos Aires, Chaco y Paraguay.