Dos sujetos que se trasladaban en una canoa desde la costa brasilera hacia el lado argentino al notar la presencia de la Prefectura abandonaron la carga.
En total había 200 kilos de carne porcina distribuidos en 9 bolsas de arpillera y 250 kilos de carne almacenados en 10 bolsas.
La mercadería, trasportada sin la documentación sanitaria obligatoria y sin respetar las condiciones higiénico-sanitarias exigidas para su traslado, fue entregada al Senasa, organismo que dispuso el decomiso, desnaturalización y posterior destrucción de la misma en cumplimiento de las resoluciones 295/99 y 299/99 para preservar el estatus zoofitosanitario del país y proteger la salud pública.