Se conocieron detalles respecto, no solo a porcentajes de población económicamente activa empleada y desempleada, sino también detalles sobre los rubros en que trabajan, cuántos hombres y cuántas mujeres, con qué formación académica, etcétera.
Quedaron bien definidos los sectores que sostienen el empleo en la capital misionera y alrededores: el comercio, el Estado, la docencia (pública y privada), la construcción y los servicios financieros.
En cifras, hasta junio pasado, de algo más de 160 mil trabajadores ocupados en el aglomerado posadeño, el comercio empleó a 32.221 (20,1%); la administración pública, defensa y seguridad social a 22.775 personas (el 14,2%); la enseñanza a 18.948 (el 11,2%); la construcción a 18.523 personas (el 11,5%) y la rama de los servicios financieros emplearon a 12.522 personas (representando el 7,8%).
El 55% de los que consiguieron trabajo son hombres y un 44% mujeres.
En este mercado laboral descripto, hay pocas incorporaciones, confirmando un año en que los jóvenes que pretenden sumarse al mismo son pocos. El 75% de los que trabajan efectivamente, tiene entre 30 y 59 años mientras que -dentro de esa franja etaria- fueron mayoría los empleados con una edad de 40 a 49 años. La mayor tasa de desempleo hasta junio pasado estuvo en el grupo de entre 20-29 años.
Del total de ocupados en el segundo trimestre de 2018, hay 14.335 personas (el 8,9%) fueron “nuevos ocupados” (cuentan con una antigüedad de hasta tres meses) y 146.204 (el 91,1%) tiene más de tres meses en el momento de la realización de la encuesta.
En un contexto recesivo, de fuerte presión impositiva, de ajuste estatal, donde el comercio y el Gobierno son los mayores empleadores, el panorama se presenta muy complejo para miles de jóvenes que buscan un trabajo en la principal ciudad.