En el transcurso de los años, hombres y mujeres de la tierra colorada, forjaron un fascinante futuro a través de las distintas ramas del arte: la música, la danza, la pintura, la literatura; también la ciencia, la tecnología y otras tantas actividades que van dejando huellas imborrables en diversos ámbitos a lo largo y ancho de la provincia.
Por eso, PRIMERA EDICIÓN distingue a aquellos protagonistas comprometidos con Misiones, con el arte y la cultura y sobre todo porque son un ejemplo indiscutido para futuras generaciones. Es así que en esta oportunidad se reconoce al acordeonista, bandoneonista, autor y compositor, Maximiano “Martín” Riveros.
Hijo del músico Pedro Pascual Riveros y de Cornelia Rey de Riveros, nació en Encarnación el 11 de noviembre de 1943. Hoy celebra sus 75 años.
Fue quien, junto a sus hermanos, hicieron sonar los primeros acordes en el Festival Nacional de la Música del Litoral en 1963.
Este año subirá nuevamente al escenario mayor del Anfiteatro Antonio Ramírez para volver a sorprender con su acordeón.
A los nueve años comenzó a estudiar violín, teoría y solfeo. Tenía mucha facilidad para aprender. Tal es así que, con apenas 13 años, realizó su primera actuación como violinista junto al conjunto de su padre.
Dos años más tarde dejó el violín y comenzó a tocar el bandoneón, instrumento que lo acompañó por quince años en diversas presentaciones artísticas. Luego, como buen músico, se perfeccionó también en guitarra y bajo.
En 1966, en busca de nuevos horizontes, se radicó en Buenos Aires. Lo siguiente fueron presentaciones artísticas acompañando en actuaciones y grabaciones.
El artista se destacó en grandes escenarios y participó con importantes músicos como Teodoro Cuenca, Gregorio Molina y Gregorio Martínez Riera. De regreso a Misiones armó su propio conjunto.
Durante varios años integraron su grupo músicos como Melitón Nuñez, el dúo Pascua-Escobar, María Selva, Orlando Ocampo, Antonio Ortiz, Roberto Sotelo, Rafael Villalba, Luis Báez y Víctor Riveros, Viviano Cuyua, entre otros. Al frente de su agrupación lleva grabados varios discos.
En 1985 participó del “Festival de la Polca y el Chamamé”, importante encuentro que se realizó en el Luna Park. “Esa noche el público me ovacionó, fue muy lindo. Tal es así que me bautizaron el ‘Señor del Acordeón’”, celebró el protagonista.
En 1994 trabajó la musicalización de “Misionerita”, actual canción oficial de la provincia de Misiones, cuyo autor es Lucas Braulio Areco con voz de Teodoro Cuenca.
La música siempre fue parte de su vida, está en su sangre. Por ello la emoción se ve reflejada al recordar cada momento vivido.
El músico chamamecero anticipó con mucha alegría que está por ver la luz su último trabajo, “Recorriendo mi chamamé”, una recopilación que contiene sus mayores éxitos desde 1970 a la actualidad.
“El chamamé es mi alma, el que me da fuerza para continuar. Cada vez que escucho o ejecuto un chamamé me traslado hacia otra dimensión donde todo es alegría, donde todos somos buenos, donde nos queremos, eso me trasmite”, graficó el protagonista.
“Cuando actúo y el público aplaude -agregó-, siento que no es a mí sino al chamamé, a nuestro ritmo y a nuestra cultura”. “El chamamé tiene un hermoso compás para zapatear, como nos gusta hacer en el Litoral. Tiene también grandes escritores, así que, no le falta nada. El que zapatea chamamé no estudia, le nace, es algo que lleva en la sangre y va de generación a generación”, concluyó.