La comunidad eclesial de la ciudad capitalina partió ayer con destino a Loreto, en una peregrinación que cumple los 17 años de existencia y que año a año suma cada vez más fieles. Fueron varias cuadras de vecinos que se unieron para compartir los cánticos, los rezos y una muestra de fe, en una tarde que formó parte de los dos días de festejos en honor a la santísima Virgen María.
La misa central se realiza en la ermita ubicada dentro del departamento de Candelaria hoy domingo a las 9, donde congregarán feligreses que llegarán desde Jardín América y Leandro N. Alem. Desde las 18 de ayer en la parroquia de Fátima, ubicada en Miguel Lanús, comenzaron a llegar cientos de personas distribuidas en distintos grupos para formar las columnas que saldrán rumbo a la “Capital Provincial de la Espiritualidad”.
Todos los años los llamados “servidores”, voluntarios de la Peregrinación, comienzan la labor para organizar semejante evento que convoca con fervor a la comunidad católica de Misiones. “Hace 17 años que estoy. En el primer año cuando se salió eran alrededor de 50 personas con 5 o 10 servidores, la virgen iba arriba de una camioneta con la imagen de la virgen de Itatí, ahora ya es la imagen de Loreto, pero sigue arriba de un carrito tirado por los peregrinos. Actualmente desde Fátima salen entre mil a 1.500 personas de ahí se suman más de acuerdo a las paradas que realizamos en Garupá, Cerro Corá, Candelaria y Santa Ana”, explicó a PRIMERA EDICIÓN José Luis Benedit.
Durante los kilómetros que lleva semejante caminata, montaron todo un operativo de seguridad y atención a los peregrinos que acompañan la imagen de la virgen hasta el santuario ubicado en el departamento de Candelaria. Son varios kilómetros donde una parte se recorre a oscuras, con lo cual la prevención es muy importante.
“Coordinamos con los móviles de apoyo (los autos que custodian la caravana) y el grupo de los servidores. Además contamos con el equipo de salud, con los enfermeros que nos acompañan durante la salida de Posadas a Loreto. En total tenemos entre 15 a 20 móviles, muchos son de comunidades otros de personas muy comprometidas con el evento. A lo largo del camino se reparten agua, frutas, también llevamos botiquines por si ocurre cualquier cosa”, detalló ayer durante la salida.
Para llegar a tiempo para la homilía central, la caminata debe tener un ritmo, aunque no apuran a los fieles. “Llegamos a Loreto aproximadamente a las 7.30 de la mañana, depende del paso del peregrino. Vamos haciendo las paradas correspondientes: la primera es en Garupá en el cruce, donde nos está esperando la comunidad; la segunda es en Candelaria; la tercera es en Cerro Corá, la cuarta en Candelaria; la quinta en San Pantaléon. Cerca de las 5.30 estamos llegando a Santa Ana y nos disponemos a salir para llegar al centro de espiritualidad de Loreto”, comentó el servidor.
Por otra parte, además de los autos de los propios fieles que cuidan el avance de las personas, se montó un amplio operativo de seguridad, que incluye la participación de los agentes de Tránsito de la Municipalidad de Posadas, el personal de la Policía de Misiones y de Gendarmería Nacional, quienes resguardaron el movimiento a lo largo de la ruta para evitar cualquier eventualidad en el camino.
“La fe mueve montañas”
Muchos de los participantes de la peregrinación están desde el primer momento. “En mi caso vengo desde el segundo año, ahora ya van 17 años de esta celebración que es una verdadera fiesta del amor de Dios. Nosotros caminamos mucho y es cansador, llega un momento en que los pies te piden que pares pero, como dice el dicho, la fe mueve montañas”, confió Roberto, mientras avanzada en la peregrinación.
La gran mayoría de los caminantes eran jóvenes ya que las personas mayores van en los autos que van al frente y detrás de la peregrinación. “Vine porque mi mamá me trajo desde que era chico, somos de la comunidad perteneciente a Fátima y tratamos de estar presentes en cualquier ocasión para ser partes de una nuestra de fe, como lo son estas procesiones y las misas”, añadió Mariano, otro de los fieles que salieron desde Posadas. “Acá lo importante es confiar en Dios, aunque el país no este en su mejor momento debemos rezar para que mejore”, remarcó Agustina, otra joven.