“Contra viento y marea”. Así definió el obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez, la pequeña odisea que vivieron entre las últimas horas del sábado y las primeras de este domingo los participantes en la tradicional peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Loreto, en la localidad homónima a unos 60 kilómetros de la capital misionera.
Es que la pertinaz lluvia -por momentos tormenta- acompañó buena parte del recorrido de los caminantes, que partieron de la capital posadeña durante la tarde del sábado, y de los ciclistas, durante la madrugada de este domingo, todos los cuales confluyeron entre las 7 y las 8.30 en el histórico predio que fuera reducción jesuítica-guaraní hace 400 años.
Todo ello para conmemorar precisamente a los mártires del Río de la Plata: Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo, quienes trabajaron “hasta las últimas consecuencias para acercarse a quienes más lo necesitaban en su tiempo”, recordó el titular de la Diócesis capitalina.
Además, la peregrinación coincidió con la Jornada Mundial por los Pobres, convocada para este domingo por el papa Francisco para “no dejar que la indiferencia nos haga olvidar a los que están en el corazón del Evangelio”.
Sobreponiéndose a las inclemencias meteorológicas, más de un millar de fieles procedentes de distintos puntos de la mitad sur de la provincia participó en la misa central presidida por el Obispo en la explanada principal del Santuario, mientras que en la capilla de Loreto se concretó una celebración simultánea, a cargo del vicario general de la Diócesis, Carlos Viera, para quienes no encontraron cobijo bajo el colmado tinglado principal.