Fueron cuidadosamente colocados tanto en el interior como en el exterior de distintos domicilios de los diez Centros de Integración Territoriales de la ciudad.
Estos sensores simulan ser criaderos y son reemplazados semanalmente por agentes del municipio. La existencia de huevos en este dispositivo, compuesto por un vaso de color negro con agua y papel kraft, permite establecer cuál es el estado de riesgo aédico en cada zona.
En el caso de ser positivos, se despliegan operativos de eliminación de criaderos, control focal, descacharrado y concientización para contrarrestar el avance del insecto.
Desde el Instituto Municipal de Vigilancia y Control de Vectores afirman que la incorporación de esta metodología posibilita tener semanalmente información rápida y sistematizada sobre el comportamiento del mosquito.
Además mediante ellas, se avanza en la concientización para que los vecinos comprendan la importancia de evitar la acumulación de recipientes expuestos a la lluvia.
Antonia Romero, vecina del Barrio Yacyretá, explicó que “la verdad es muy bueno este trabajo porque podemos saber cuál es el mosquito que anda circulando por acá”.
“Una vez por semana vienen los técnicos de la Municipalidad a controlar la presencia de los huevos, sobre todo si son los que transmiten dengue. Siempre que hacen fumigación, limpieza o cualquier otro tipo de actividad me sumo porque es algo que nos beneficia a todos los vecinos”.
El aedes aegypty es vector transmisor de dengue, zika y chikungunya.