Señora Directora:
– Buenos días, señor gerente.
– Buenos días. Tome asiento y dígame ¿en qué puedo ayudar?
– Bueno, mire yo vengo a ver si el banco me puede asistir en un emprendimiento comercial. Tengo un millón de pesos y necesito un millón de pesos más para abrir una empresa familiar. Vamos a fabricar pirulitos.
– Mire usted ¡qué bueno!… Déjeme ver un poquito en qué línea de créditos puedo meter lo suyo. Le hago una pregunta, señor, ¿tiene usted algo a su nombre?
– Sí, sí, mi auto y mi casa.
– ¿Trabaja y algo más?
– No, nada más.
– Bueno, mire le explico para que usted pueda acceder a un crédito de un millón de pesos debe tener un capital de doce millones y medio de pesos, por lo cual le haré una hipoteca.
– ¡Ajá, creo que llego!… Dígame señor gerente, ¿cuánto me acreditan del millón de pesos?
– Haber hago la cuenta…
Click, click, click.
– …ochocientos setenta mil…
– ¡Epa! ¿Por quééé?…
– Y bueno, señor… los gastos bancarios, los impuestos, la AFIP, el Estado, el escribano, los papeles, los sellados, el seguro, los aranceles del BCRA. Eso hace que se descuente ese dinero.
– ¡A la miércoles!… Vendo el auto y completo ese millón, eso no sería el problema. Bien, hablemos de las cuotas.
– Ok, señor, déjeme que le hago los cálculos…
Click, click, click.
– …buenos, mire, el interés anual por toma de dinero a crédito es del 89%…
– ¿Quééé…?
– Si, señor, lo que implicaría una cuota de 89 mil pesos las primeras y como es un sistema francés y… (bla, bla, bla), terminaría pagando cuotas de 68 mil pesos.
– Pero, perdón, yo me equivoco o termino pagando casi 900 mil pesos más de lo que pedí.
– No, señor, usted no se equivoca…
– Noooo… No voy a poder pagar eso, recién voy a comenzar.
– ¡Es una lástima!
– Buenos, señor gerente, discúlpeme que lo haya molestado. Hasta luego…
– Espere, espere… ¿Usted me dijo que tiene un millón de pesos?
– ¡Sí, los tengo!
– ¿Y por qué no lo pone a plazo fijo? 43% anual, eso le va a generar 40 mil pesos por mes.
– ¿En serio? ¿Y qué trámites tengo que hacer?
– ¡Nada! Solo traer el dinero y le hacemos los papeles acá, firma y ya tiene su plata asegurada por mes… ¡Sin correr ningún riesgo!
– ¡Oh! ¡Qué bueno!… En 20 minutos estoy aquí con mi señora y traemos el dinero… Muchas gracias, señor gerente.
Triste realidad económica de nuestro país. No vamos a salir nunca de esta desastrosa política económica si no creamos fuentes de inversión a tazas moderadas para poder crear trabajo. No podemos seguir con este rumbo, sostenernos los que damos trabajo ya pasa a ser agónico.
No hagan que comencemos a pensar que los que están dirigiendo solo tienen la cabeza para que el cuello no termine en punta.
Milko Iván Halberstadt
San Vicente (Misiones)