Durante el camino hacia nuestras metas podemos distraernos con situaciones que pueden alejarnos de nuestro objetivo. El enojo, la desesperanza, el desconcierto y la sensación de pérdida de control sobre las cosas, pueden ocasionar que disminuyamos la marcha y que abandonemos la estrategia que nos habíamos planteado, para alcanzar aquello que alguna vez soñamos.
Las causas pueden ser múltiples, ya sea alguna circunstancia que se presenta en nuestra vida, como la pérdida del empleo, el impacto que nos causa el cambio de la situación económica, la pérdida de un ser querido, o una ruptura sentimental, o un divorcio.
Estas circunstancias generalmente impactan en nuestra vida sin advertencia, en muchas ocasiones son inesperadas, suceden una tarde de un día cualquiera. Creo que todos, alguna vez, nos hemos sentido como una hoja al viento en una tormenta.
¿Cómo enfrentar esos momentos difíciles para que no nos arrebaten nuestros sueños?
Aquí tres palabras que nos pueden ayudar a reflexionar:
Flexibilidad
Ser flexibles, adaptarse, repactar con nosotros y con otros. Dicen que el tigre antes de saltar, retrocede. Ser adaptativos sin perder de vista de nuestro objetivo. Siempre la ola golpea con fuerza, cuando la esperamos firmes como una estaca clavada en la arena, en cambio cuando la acompañamos nos puede acercar hacia la orilla. No fuerces las cosas, espera el momento para volver a avanzar y cuando lo hagas, que sea con optimismo y fe.
Foco
Sin perder de vista los acontecimientos que te tocan vivir, mantén el foco en lo que es importante para vos. Primero lo primero, lo más importante del viaje hacia tus sueños no son las metas cumplidas, es en quien te transformaste durante el camino.
Si alguien dice algo sobre vos, no te distraigas, no pierdas tiempo, hacé foco en lo que es verdaderamente importante, la energía para seguir adelante, la motivación que impulsa tu marcha viene de la meta que te deseas cumplir.
Gandhi inició su camino como miembro de la Barra de Abogados de Londres, luciendo un hermoso traje, pero se enamoró del sueño de liberar la india del yugo Británico, ese sueño lo transformó en uno de los líderes de más impacto del siglo XX y en un hombre que confeccionaba su propia ropa, cultivaba su propio alimento y sin ningún bien material.
Responsabilidad
No elegimos las circunstancias que nos tocan vivir, pero si podemos elegir la manera en que vamos a hacer frente a esas circunstancias. Los seres humanos necesitamos sentir que podemos tener control sobre algún aspecto de nuestras vidas. Nelson Mandela estuvo 27 años preso, en una celda de 2 por 3 metros, sometido a trabajos forzosos.
Fue liberado para apaciguar a su país y llegó a ser presidente de su nación. Perdonó a sus captores y propició el perdón y la convivencia pacífica. Durante su cautiverio abrazó como si fuera una tabla en el mar, un poema. Invictus escrito por William Ernest Henley
Más allá de la noche que me cubre,
negro como el pozo de polo a polo,
doy gracias a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado, ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas,
donde yacen los horrores de la sombra,
sin embargo, la amenaza de los años
me encuentra, pero me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigos la sentencia,
yo soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.
Nosotros también podemos mantener en nuestro interior la creencia de que a pesar de la noche que nos pueda envolver, a pesar de las circunstancias que pudieran haber llegado a nuestras vidas, somos el capitán de nuestra alma, somos los amos de nuestro destino.
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Jorge Kordi
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