Quisiera tener mucho para contarles de esta mujer que hace muy poco tiempo se sumó a esta movida del arte, pero no es así. Sin embargo, lo poco que sé de ella es suficiente para admirarla.
Zuni, como muchas otras mujeres, tal vez esperó demasiado tiempo para empezar a hacer lo que le gusta: pintar. Faltaba solamente dar ese paso inicial que la llevara a decidirse, para demostrarse a ella misma lo bien que le sale.
El talento que tiene afloró de inmediato y ahora simplemente no puede dejar de pintar. Busca constantemente nuevos desafíos y trabaja en ellos con amor y dedicación. Sus cuadros son cada vez más exquisitos a la vista.
Zuni es una mujer muy trabajadora, una luchadora incansable para llevar adelante su casa junto a su única hija. Tiene una voz muy dulce y habla muy pausado, suele pasar mucho tiempo en silencio pintando mientras sus revoltosas compañeras no alteran su concentración, aunque de vez en cuando una sonrisa escapa de su rostro demostrando que no permanece ajena a su alrededor.
De repente, cuando la charla amerita, ella sin perder esa calma que la caracteriza, da un discurso sabio que demuestra que ha aprendido mucho en su vida, y consigue captar la atención de todas. Sus compañeras han sabido quererla de inmediato y Zuni se convirtió en una Monarca sumándose a todas nuestras actividades y siguiendo nuestras locuras.
Descubrió en este tiempo que la pintura la complementa y quiere ir por más. Se está preparando para participar en diferentes exposiciones y está buscando su propia identidad en la pintura.
Espero poder acompañarla siempre y que encuentre lo que busca no solamente en el taller que compartimos semanalmente o en los distintos seminarios sino también en ese caminar artístico que descubrió que lo quiere hacer porque le gusta y le llena.
Colabora
Claudia Olefnik.
Artista plástica.
Responsable
del Taller Monarcas.
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