Seguí con atención ese debate en los medios de comunicación y en las redes sociales y continúo sin comprender el porqué de esa acérrima oposición de algunos sectores que, con cierta ironía y paradoja, se escandalizan por el embarazo infantil y adolescente.
No entiendo por qué se oponen a una educación del púber y adolescente de lo que, por lo general, no se le enseñará en la casa y terminarán aprendiendo de un familiar o un amigo más avispado, quien comprendió de su propia sexualidad a golpes. Creo que no debe mirarse para otro lado y negar una realidad cada vez más patente como lo es el que los chicos tienen su debut sexual cada vez más niños, ya que el sexo es inherente a la naturaleza y a lo humano.
No debemos enterrar la cabeza como atribuyen al avestruz.
Guillermo J. Ayala
Posadas (Misiones)