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Una larga gestión, que todavía no se materializó -aunque se espera que el ciclo 2019 depare novedades positivas-, es el pedido que desde hace seis años realiza la Escuela 449 para contar con la asistencia de un gabinete pedagógico.
En esa institución asisten 18 chicos integrados. Por otra parte, recientemente, una niña relató en una clase de ESI que era abusada por un familiar; sin embargo, no fue el único caso con el que trabajó la comunidad: otra joven había contado hace dos años una vivencia similar.
La directora, Susana Mingarini, hizo un pedido desesperado para contar con profesionales que orienten tanto a estudiantes como a los maestros.
Algunos de los niños tienen autismo, otros problemas motrices, neurológicos, fonoaudiológicos, dislalia, síndrome de Asperger, entre otras patologías.
Según graficó la directora, “de los 18 que son en total, sólo 6 son acompañados por sus maestras integradora con cargos para la obra social; los otros 12 no tienen la cobertura de profesionales necesarios para esas patologías”.
Pese a los esfuerzos para que tengan apoyo especializado, desde la dirección de la escuela se hicieron distintos pedidos para que los chicos sean atendidos por el gabinete del Servicio de Educación Especial, el IMEFIR de la Municipalidad, e incluso la psicóloga que atiende en el Periférico 8, a una cuadra de la escuela, pero no dan abasto.
“Nosotros necesitamos con urgencia contar con el gabinete interdisciplinario, y mucho más con estos antecedentes de nuestras alumnas que denunciaron los abusos que cometían con ellas”, enfatizó la directora.
Reasignación de personal
Aunque Mingarini dio a entender en todo momento la urgencia de su escuela para que se conforme el gabinete pedagógico, también se mostró diplomática para entender las razones por las cuales todavía no lo pueden implementar, que giran, según ella, en torno a la falta de personal.
“Hace seis años llevamos las gestiones y todas las veces nos han respondido que no hay presupuesto para estas designaciones, ésto lo entendemos, por eso solicitamos que, si no se puede crear el gabinete propio para la escuela, se disponga alguna reasignación horaria de los gabinetes que cumplen funciones en otras escuelas.
“Hemos pedido por nota, elevamos informes de los chicos al Consejo de Educación ya en varias ocasiones. El último fue archivado en una caja. Siempre nos respondieron que no hay presupuesto”, lamentó.
Indicó Mingarini: “Si hay escuelas especiales con pocos alumnos o bien escuelas de currícula común con gabinete, que readecuen los recursos para que al menos contemos con psicopedagoga y psicóloga. Lo ideal sería con una trabajadora social”, sugirió.
“Real necesidad”
La directora explicó a PRIMERA EDICIÓN que los docentes tienen una real necesidad para que se cree el gabinete, “no sólo por los niños, que se van a ver beneficiados quienes no tienen recursos y mucho menos una obra social para apoyarlos, sino también los propios trabajadores para saber cómo actuar ante las diferentes situaciones, que una es más superadora que la otra”, reconoció.
“Desde que hemos tocado el tema violencia de género en los talleres de la ESI, los chicos nos han contado vivencias que producen escalofríos: un nene de quinto, por ejemplo, contó que duerme debajo de la cama y no sobre ella, porque el papá llega a la casa borracho, le pega a la madre, a él y a sus hermanos, por eso se esconde y amanece así”, reveló dolida.
El alumnado de la Escuela 449 se compone en un 80% de pequeños provenientes de un asentamiento que se ubica frente al cementerio La Piedad (Santa Catalina y Almirante Brown).
Con sólo hacer una recorrida por el lugar, basta para notar que se trata de una población con necesidades básicas insatisfechas, quienes viven en una suerte de casillas precarias, una al lado de la otra, de las que se separan sólo por algunos pasillos que apenas permiten caminar. Son callecitas de tierra, con grandes hoyos a causa de la enchorrada de agua cuando llueve y las casas se separan por cinco o seis metros una de la otra.