Tal vez más de uno de ellos ha observado las filmaciones simultáneas a cada demostración artística, de muchas de las tantas cosas que tiene nuestro país para ser potencia y sin embargo sigue en crisis por causas diversas, pero relacionadas a nuestra sociedad, la cual sigue enfrentada y en confrontación permanente sin armonía ni paz social.
Aún así, los verdaderos argentinos nos sentimos orgullosos:
De todos los que componen el grandioso grupo del folklore nacional que dedican muchas horas de ensayo para lograr los mejores espectáculos en nuestro suelo patrio y también en el extranjero.
De Doña María, que pasó por muchas crisis y sigue atendiendo su hogar, a su familia, sin detener su entusiasmo por el quehacer cotidiano y demostrando su apoyo desde su humilde casita, allá lejos y con lo necesario, sin lujos.
De Don Juan, que se levanta muy temprano, cuando todavía no asomó el sol, pero mientras disfruta de un buen cimarrón preparado con una yerba de menor costo aunque sirve igual, porque después comenzará con su actividad del campo.
De Don Tomás, que en su carpintería trata de sobrellevar la situación y siempre tiene algún pedido para hacer el aguante; de todos modos él recibe a todos con su conocida simpatía y buen humor.
De todos los trabajadores que, a pesar de la diferencia salarial de acuerdo a la actividad en que se desempeñan, saben que deben cumplir y poner el hombro, aunque conocen la situación de muchos que sin trabajar también cobran y sin tener problemas de salud, aprovechan la situación que les brinda el gobierno.
Del colono que permanece en su chacra dándole pelea diariamente al desafío agrario y con la esperanza de lograr mejores resultados, a pesar de los obstáculos y la poca ayuda que recibe, siendo un gran aporte que realiza con los productos que ofrece en las ferias francas y en los comercios de su zona.
De todos los profesionales que se sienten identificados con su profesión y se dedican a su actividad responsablemente.
De todos los estudiantes que sueñan con alcanzar un nivel superior que les permita un futuro de bienestar y trabajo.
De todas las Fuerzas de Seguridad y de los Servicios de Emergencia (bomberos, ambulancias, etc.).
De cada actividad desarrollada, de las obras públicas, de las universidades, de las industrias, de los vendedores ambulantes, y de la riqueza que tiene todo el territorio nacional, sumando sus paisajes únicos en el mundo.
Pues entonces, seamos razonables y entendamos que una crisis no se soluciona en un par de semanas o meses, no se soluciona cambiando de gobierno, haciendo marchas de protesta permanente y molestando a quienes desean desplazarse por calles, avenidas y rutas,”poniendo palos en la rueda” guiados por los ineptos que además de estar cobrando altas remuneraciones todavía dirigen acciones que dañan a la sociedad toda, aumentando los precios siempre con algún pretexto: que subió el dólar, que esto o aquello.
¡Farsantes! De esa manera nunca saldremos adelante como país.
Los pretendidos cambios de mejoras dependen de cada uno de nosotros, no queda otra alternativa.
Ernesto Doedderer
Posadas (Misiones)