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Con contundencia, el trabajador Javier “Colo” Báez explicó por qué a partir de hoy saldrán nuevamente a manifestarse los guardaparques que cuidan las áreas protegidas, la última trinchera en defensa de los bienes naturales de los misioneros.
Con sueldos bajos, pocas herramientas de trabajo y un Ministerio de Ecología que incumplió un documento que establecía mejoras, los agentes estatales dan continuidad a una lucha que refleja “precariedad laboral y ambiental”.
“La situación laboral precaria de los guardaparques provinciales se traduce en la precarización de los parques; esto es así y habla a las claras la gestión del Ministerio de Ecología con su personal y con las áreas protegidas. Podemos demostrarlo recorriendo cada uno de los parques, donde falta desde puestos de control hasta permanente servicio de agua corriente en algunos lugares”, ilustró Báez, delegado de guardaparques en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
El Parque Esmeralda, de 31.569 hectáreas, ubicado dentro de la Reserva de Biosfera Yabotí, en el departamento San Pedro, “no tiene un vehículo propio para traslado y patrulla, y cuenta sólo con cinco guardaparques”, ejemplificó.
En el organigrama del Ministerio de Ecología, la Subsecretaría de Ecología, que es la responsable directa de la gestión de Parques, “es la que menor presupuesto asignado tiene y prácticamente mantiene las mismas asignaciones desde 2016, en un contexto de inflación en aumento y crisis económica del país”, detalló Báez.
“Eso hace que hoy vivamos situaciones difíciles, angustiantes, como por ejemplo, si ocurre una emergencia en un parque como Esmeralda, que es el más aislado de la provincia, hay que recorrer 40 kilómetros de camino terrado para llegar hasta el pueblo de San Pedro y eso implica por lo menos dos horas de viaje y sin vehículo propio”, planteó.
“Hace dos años se instaló la red de comunicaciones allí y no funciona como debería; estamos ante una precarización completa”, enfatizó.
Reclamos
Asimismo, Báez manifestó que el Parque Cruce Caballero, también en San Pedro, “tiene cuatro guardaparques para 700 hectáreas, con un destacamento que no es una vivienda adecuada; desde 2012 estamos pidiendo un nuevo destacamento y hasta el momento no nos dieron respuesta; el vehículo está en ‘tacos’, con problemas mecánicos sin resolver, y la radio de comunicación no está funcionando”, manifestó Báez.
De igual manera, el agente advirtió que el Parque Caá Yarí “carece de gestión. Somos tres guardaparques en terreno y no logramos cubrir las guardias completas; el envío de vales de combustible al área es de 1.600 pesos mensuales y si uno hace cálculos, a los valores actuales del combustible, fácilmente uno puede ver que no alcanza para cubrir patrulla, traslado y corte de césped; además, logramos un destacamento nuevo y no tenemos agua corriente y tampoco energía a pesar de estar el tendido eléctrico a sólo cuatro kilómetros del Parque”.
Por todo ello, los guardaparques provinciales se declararon en alerta permanente y movilización, y este lunes iniciarán un acampe frente al Ministerio de Ecología, en el centro de Posadas, donde -entre otras actividades previstas- venderán empanadas para juntar fondos.
En octubre pasado, el organismo ambiental provincial se comprometió, ante el Ministerio de Trabajo, a brindar mejoras salariales, pero hasta la fecha no cumplió lo acordado, indicaron los custodios de los parques naturales, razón por la cual resolvieron un plan de lucha e hicieron pública la situación a través de las redes sociales, cosechando ciento de adhesiones.