El baile de egresados de la Escuela Normal Superior 13 de San Vicente terminó abruptamente en las primeras horas de este domingo, después de que efectivos de la Policía provincial se vieran obligados a clausurarla tras constatar la ingesta de bebidas alcohólicas en el salón, ante la presencia de menores.
El evento comenzó el sábado por la noche en el predio del Automotokart de San Vicente, con 97 egresados de la Normal y sus familias.
A pesar de haberse contratado vigilancia policial y de seguridad privada, los controles fracasaron y algunos de los participantes lograron ingresar bebidas alcohólicas al lugar.
Eran las tres de la madrugada cuando el disc-jockey que animaba el encuentro escolar y familiar anunció que se suspendía la celebración.
Sin embargo, una gestión realizada por el presidente del Concejo Deliberante local, Ernesto Muchewicz -cuyo hijo era uno de los egresados-, se logró extender una hora más la fiesta. Pero, debido al “parate” de unos quince minutos entre el anuncio del DJ y el de la continuidad del evento, la mayoría de los asistentes había abandonado el lugar y la “hora extra” de festejo fue solo para unos pocos.
La suspensión definitiva se produjo a las 4.15, cuando unos 25 efectivos de la Policía con al menos cinco móviles se presentaron en el lugar para hacer la requisa.
Ésta determinó que en el predio donde se realizó la fiesta de egresados habían ingresado cinco botellas de vodka, una de whisky, dos de vino rosado y por lo menos tres de cerveza. Además, se constató que había envases vacíos de fernet y petacas de otras bebidas blancas.
Fallaron los controles
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El evento lo organizó la dirección de la Escuela Normal 13 junto con los profesores del establecimiento. En reiteradas reuniones con los padres, se insistió en que -por disposición del Consejo General de Educación y del Ministerio de Educación- está totalmente prohibida la venta de bebidas alcohólicas en las recepciones que organizan las instituciones educativas.
Por ello, durante la coordinación de la fiesta se llegó a un acuerdo entre la dirección de la escuela y los padres de egresados para pagar la contratación de ocho personas que hacían de seguridad privada, además de seis efectivos de la Policía de Misiones asignados al evento- para fiscalizar que no ingresen bebidas con alcohol al lugar.
La intención era que la seguridad privada requise los automóviles en el portón de acceso al Automotokart y los bolsos en la puerta del salón, para que nadie entrase con bebidas alcohólicas.
Sin embargo, no fueron suficientes los controles dispuestos y las botellas etílicas igual terminaron adentro del predio sin que los encargados de la fiscalización descubrieran a ningún infractor.
La intención de los organizadores era que ni siquiera dentro del Automotokart pudiera haber bebidas alcohólicas, sin embargo, muchos tenían botellas y petacas en sus autos y -según testigos- tanto chicos como mayores salían del salón de fiestas para consumirlas y luego volver a entrar; todo ello sin que la seguridad pública ni la privada se percataran.