
Fue un milagro. Ninguna otra palabra representa de manera más fiel y acertada lo que ocurrió ese 24 de diciembre de 2016 en el Hospital Materno Neonatal de Posadas. Amelia Bannan sufrió un siniestro vial el 1 de noviembre de ese año y desde entonces estaba en terapia intensiva.
Su cuadro era delicado: estaba embarazada de cinco meses cuando ocurrió. El trabajo de parto comenzó mientras Papá Noel se preparaba para salir a repartir los regalos esa Nochebuena. Santino Gabriel, el suyo, llegó a las 22,56 de ese día.
Dos años pasaron y Santino festejará su cumpleaños este lunes con mamá Amelia que camina firme hacia su recuperación.
PRIMERA EDICIÓN los visitó en la casa de su hermano Juan y su esposa Soledad, lugar donde Amelia y Santino viven en la actualidad, en la previa a la fecha más especial para la familia Bannan: ya no sólo celebran la llegada del niño Jesús, también el cumpleaños de Santino y cómo su nacimiento fue la base fundamental para la recuperación de Amelia. Es la fecha más importante del calendario familiar.
En proceso de recuperación
Amelia nunca bajó los brazos. La llegada de Santino fue el empuje que necesitaba para salir adelante y de la mano de sus hermanos y familiares, que nunca la dejaron, logró un proceso de recuperación admirable.
Por estos días cuenta con la atención permanente de profesionales y especialistas que la ayudan con distintos tratamientos: kinesiólogos, masajistas, fonoaudiólogo, psicopedagogo y acompañante terapéutico le van marcando la manera de superar los distintos obstáculos que le dejó el accidente.
En la actualidad, Juan y Soledad decidieron tomar la posta de acompañar a Amelia y su pequeño hijo quienes antes habían estado al cuidado de sus otros hermanos. Ambos necesitan una atención permanente.
Juan se mostró agradecido por los avances de su hermana y espera que ella pueda valerse por sí misma y viva sola con su hijo algún día.
“Lo que vemos todos los días con Amelia y Santino es un milagro. Un milagro que sólo se puede dar con la voluntad de Dios. Y estamos seguro que Él está trabajando todos los días con ella. Nuestros sueños, mío, de mis hermanos y de mis padres es que ella pueda valerse por sí sola para cuidar a su hijo”, remarcó a PRIMERA EDICIÓN.
“Cada día que pasa vemos avances en ella y eso nos da más fuerzas para seguir luchando porque vemos que ella está peleando para volver a ser la mujer que conocimos antes del accidente”, agregó.
Amelia necesita el acompañamiento y el cuidado permanente de sus familiares porque, prácticamente, tuvo que aprender todo de nuevo como un niño. Pero quienes la rodean ven sus avances todos los días.
“Ella tuvo que comenzar todo de nuevo, desde que salió de su internación. Los especialistas que trabajan con ella la ayudan para mejorar su motricidad, su forma de hablar y todo lo que necesita. Nosotros lo que hacemos es darle todo el amor y tratar que ella pueda recordar. Ahora podemos entablar un diálogo con ella. Está mucho mejor y nosotros lo notamos”, dijo Juan.
A Amelia se la notó mucho más vivaz y habladora que el año pasado cuando PRIMERA EDICIÓN fue a visitarla para el primer cumpleaños de Santino. Recuerda bien a sus hermanos e incluso sabe los meses de los cumpleaños de cada uno.
Mientras escuchaba hablar a Juan trató de acotar algunas palabras y también hacía aportes con su mirada: sus familiares saben qué quiere decir. Ellos tratan de que pueda hacer y recordar todas sus cosas y los profesionales le dicen que eso le ayuda a superar cada una de las secuelas que dejó el choque.

Los preparativos para el cumple de Santino
Como la fecha de su cumpleaños es bastante particular, la familia ya tiene todo organizado para festejar los dos añitos de Santino el viernes 28 de diciembre en un salón de fiestas de San Vicente.
Santino es un niño como cualquier otro: vivaz y aventurero. Lo consienten sus abuelos, tíos y primos por lo que no se muestra tímido sino que, por el contrario, siempre está dispuesto a regalar una sonrisa a los mayores que se la devuelven con festejos.
Al cumpleañero le gusta jugar con la pelota y muestra una gran habilidad para patear con la derecha. También disfruta de las caminatas por la calles de San Vicente con mamá Amelia y los tíos, en lo que también funciona como una terapia para que su mamá pueda recordar las calles y reconocer lugares. Santino tiene un lugar predilecto en la ciudad: la plaza San Martín. Como vive cruzando la calle, siempre se lo ve a en los juegos infantiles siendo uno más con los chicos que se acercan a jugar.
Como no podía ser de otra manera, la familia Bannan se deshace en agradecimientos: no dejaron de destacar la atención del Estado para con Amelia y su hijo y agradecieron el rol de los medios que siempre estuvieron presentes.
Aseguraron que es muy importante el apoyo de la gente que les llega a través de las redes sociales y que recibieron y reciben muchos mensajes de aliento para Amelia, su hijo y para ellos mismos que la atienden y la cuidan todos los días. Estaba claro que iba a ser así, a todos les emociona este milagro que ya cumple dos años.