
Tras realizar su formación naval durante dos años en la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA), Miguel Ángel Medina recibió el pasado 14 de diciembre en Puerto Belgrano el diploma que marcó la finalización de una etapa académica y el inicio de una carrera naval de la que él será su propio artífice.
El padre de Miguel Ángel, de quien heredó el nombre, trabaja en un secadero de yerba y sus tíos en uno de té, pero más allá de la influencia familiar, él desde muy chico estaba seguro de que su destino estaba lejos, vistiendo un uniforme.
“De chico sabía que quería ser militar. Cuando egresé de la secundaria vi que estaban abiertas las inscripciones para las Fuerzas Armadas y me dirigí hacia la Delegación Naval de Posadas. Los suboficiales me hablaron de la Armada, me mostraron folletos y videos y ahí dije: ‘esto es para mí, me inscribí y vine'”.
Así Miguel Ángel descubrió un mundo nuevo desde el momento mismo que llegó a Puerto Belgrano (al Sur de la provincia de Buenos Aires) y pisó por primera vez la Escuela de Suboficiales. “Soy de especialidad maquinista motorista. En estos dos años en la Escuela aprendí muchísimo sobre mi especialidad: no sabía nada de motores, ya que vengo de un Bachillerato. Cuando vine, me dijeron que era una especialidad más para técnicos, pero igual me animé y gracias a Dios me fue muy bien”.
En referencia a lo aprendido en la ESSA más allá de lo curricular, aseguró que “te enseñan muchísimo. Uno viene con los valores que le inculcan desde la casa y acá los pone en práctica todos los días: el respeto, el compañerismo, todo lo que te enseñan adentro de la Armada Argentina. La verdad que es un orgullo enorme haberme formado en esta Escuela”.
Además de lo académico, Miguel destacó la importancia de encontrarse y conocer a personas de distintas provincias. “Me llevo la cultura de los demás y estoy muy agradecido por eso”, destacó.
En Campo Viera
Miguel Medina ama su tierra: allá nació, se crió y vivió hasta que decidió “zarpar” hacia Puerto Belgrano.
Es el segundo de los siete hijos de Miguel Ángel y María Teresa y contó que con sus hermanos compartió muchos momentos inolvidables y eso es lo que más añora de su tierra.
“De mi pueblo extraño a toda mi familia; a mi barrio, donde están mis amigos y mis vecinos. Extraño estar en los arroyos también; dejé todo allá, son muchos los recuerdos”, expresó Miguel.
El flamante marino campovierense asistió a la Escuela 489, donde realizó sus estudios primarios y después pasó al Bachillerato 3, donde se recibió con la especialidad de Agroambiente. “En las dos escuelas tuve muy buenos maestros que me enseñaron mucho para que yo pueda estar acá hoy y recibirme”, agradeció.
Fuente: Gaceta Marinera