
El año que se avecina podría ser el que encuentre a la viuda del aduanero César Oscar Paganetto (64) en el banquillo de los acusados. En las últimas horas, la Justicia dio por cerrada la instrucción y elevó a juicio la causa que se le sigue a la mujer de 72 años por el crimen a balazos de su marido.
“Homicidio calificado por el vínculo y por el uso de arma de fuego” es la acusación por la que la sospechosa deberá responder ante el Tribunal Penal 1 de Oberá, donde el expediente arribó apenas horas antes del inicio de la feria judicial, según pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes.
La elevación a juicio fue llevada a cabo por la magistrada Alba Kunzmann De Gauchat, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá y al frente de la pesquisa, tras el requerimiento que en ese sentido presentó el representante del Ministerio Público, el fiscal Estanislao Bys.
La jueza consideró suficientes los elementos de prueba que constan en la causa para endilgarle una presunta responsabilidad penal a la detenida, quien durante la investigación y tal como lo había informado PRIMERA EDICIÓN en septiembre pasado, rompió el silencio y se dijo inocente.
Durante aquella ampliación de indagatoria y bajo la representación técnica de la defensora oficial Teresa Gómez De Roth, la acusada aseguró que un “pistolero misterioso” había irrumpido en la vivienda de la pareja para abrir fuego sobre su marido.
Sin embargo, del cúmulo de elementos recolectados por los detectives, para la Justicia aquello no se condice con la verdad. Al decir de la reconstrucción realizada por los investigadores, el último lunes 9 de julio, cerca de las 22.30, Paganetto y la viuda habrían protagonizado una más de tantas peleas de pareja que acabaron cuando la mujer abrió fuego.
La posterior autopsia estableció que el hombre, quien trabajaba en el resguardo de la AFIP en el puerto de Alba Posse, recibió dos impactos de bala en el flanco derecho del abdomen, los que le provocaron el deceso unos pocos minutos más tarde.
Más allá de la hipótesis aportada por la detenida durante la indagatoria, la Policía pudo establecer que esos proyectiles salieron del cañón de un revólver calibre 38 largo, marca “Colt”, que era propiedad de la pareja y que fue encontrado oculto detrás de la mesa del teléfono, en la casa de la pareja, sobre calle Cabo de Hornos al 3.200 casi Berrondo, sobre el acceso a Villa Svea, en el noroeste obereño.
El lugar donde fue hallado ese arma es, para los policías, al menos sugestivo. Sucede que fue la mujer quien llamó a un servicio de asistencia médica para que la trasladen, en virtud de que se encontraba con sus funciones alteradas. Unos pocos minutos después, cuando era trasladada hacia un centro asistencial, la acusada rompió el silencio y contó a los ‘ambulancieros’ que su marido había muerto.
Efectivos de la Unidad Regional II de la Policía provincial recibieron el alerta de los trabajadores, llegaron de inmediato al inmueble y confirmaron lo peor: Paganetto había sido asesinado a balazos.