
Con sus caminos de tierra roja, sus chacras y sus hermosos paisajes, es ideal para registras postales típicas de Misiones, plena de verdes y rojos.
Se compone por dos cascadas de gran altura que se pueden observar desde una especie de descanso entre ambas. El descenso hasta la base del primer salto se debe realizar por un trillo muy complicado, pero es algo que se agrega a esta aventura natural.
No es apto para que cualquier persona la pueda visitar, ya que el camino es muy empinado y apenas visible entre yuyos y piedras, pero sin dudas, vale el esfuerzo para disfrutar de esta belleza que deja caer sus aguas delante de un murallón de piedras escondido en el frondoso monte.
La entrada se encuentra muy cerca del acceso al salto El Maynó que está en un bello y atractivo lugar preparado para los visitantes que demandan un lugar apacible para acampar en época de temporada, aunque se encuentra preparado y bien cuidado durante todo el año para recibir a los turistas.
Se puede elegir la pileta o el arroyo, de agua muy limpia, para combatir el calor del verano; aunque fuera del agua, se puede disfrutar gracias al entorno natural con intensa vegetación resguardada.
Es una reserva ecológica privada y ecocamping con 106 hectáreas protegidas, donde se encuentra el salto sobre el arroyo El Maynó, formado por dos cascadas, que suman una altura de 32 metros.
Sus senderos y escaleras ayudan a encontrar vistas que regalan diferentes ángulos para contemplar sus caídas. Es un lugar muy fácil de llegar y que se puede encontrar de caminos cuando se va a visitar los Saltos de Moconá.