Quien escuchó recientemente que se aplicará una reforma en el sistema de aportes por contribuciones patronales nacionales, habrá creído que beneficiaría a las PyME en crisis de Misiones.
Sin embargo, no es lo que parece. Así lo advirtieron los economistas de la Fundación Mediterránea en un reciente informe que analiza el impacto según la región del país.
Elaborado por Marcelo Capello, Marcos Cohen Arazi y Franco Vico, concluyeron que “…es posible señalar que, con gran probabilidad, la reforma brindará incentivos para la creación de empleo en sectores y jurisdicciones que tienen gran preponderancia en el empleo a nivel nacional (CABA, GBA), y generará estímulos opuestos en una gran cantidad de jurisdicciones y sectores. En estos casos, al extinguirse el régimen creado en 2001, verán incrementada la carga impositiva laboral, y posiblemente complique la convergencia regional. El beneficio será mayor entre las empresas grandes del sector servicios, mientras que las PyME serán perjudicadas o menos beneficiadas (con diferencias según su localización)”.
Es decir que se repite la mirada centralista donde los beneficios llegan a la región central del país, relegando a las zonas de frontera como Misiones, donde las asimetrías con Paraguay y Brasil siguen incidiendo, donde se sigue esperando desde hace mucho tiempo la reglamentación del Artículo 10 de la Ley PyME, donde más de 500 comercios debieron cerrar golpeados por la recisión y la falta de incentivos, donde el trabajo informal crece debido a la fuerte presión fiscal que tienen las empresas, donde el nuevo empleo prácticamente no existe.
En un país donde sólo se promueven medidas en beneficio de los más grandes, es imposible federalizar la igualdad de oportunidades de desarrollo en materia de empleo que impacte positivamente en la economía. Urge modificar la mirada.