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El acusado de asesinar al mecánico misionero Jorge Olivera (23) se entregó ante la Justicia de esta provincia ayer por la mañana, después de una búsqueda de varios días por parte de la Policía chubutense.
De acuerdo al diario El Patagónico, a las 7.30 de ayer ingresó Rodrigo Nieves (18) a la Oficina Judicial 1 de Comodoro Rivadavia. Sobre el mismo pesaba un pedido de captura y se cree que en las próximas horas lo imputarán por el crimen del mecánico que había nacido en San Vicente.
Los investigadores venían trabajando con diversas pesquisas y sobre los domicilios que frecuentaba Nieves y en los que se presumía que se podía esconder desde el pasado jueves, día en que fue perpetrado el mortal ataque. Olivera fue internado en estado crítico y luchó por su vida durante casi tres días, tras lo cual falleció el último domingo.
Fuentes del caso adelantaron que el sospechoso, quien al momento de entregarse no había designado aún abogado defensor, sería imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. En ese sentido, el citado medio indicó que el fiscal local Martín Cárcamo dejó entrever que la expectativa de pena alcanzaría los 10 años y 6 meses de prisión. La audiencia de control de detención se concretaría durante la jornada de hoy.
Mientras tanto, voceros del caso expresaron que durante los allanamientos por el homicidio de Olivera no se logró dar con el arma homicida. Sin embargo, Cárcamo- en diálogo con el sitio Comodoro 24- indicó que “restan todavía medidas de investigación tendientes a poder dar con el arma utilizada” y aseguró: “en principio contamos con evidencia suficiente para poder sostener la imputación sobre Rodrigo Nieves y así lo haremos en la audiencia”. La familia del joven aguardaba la llegada de una ambulancia que viajó desde Posadas hacia dicha ciudad chubutense, que trasladará los restos mortales del mismo hasta su tierra natal, San Vicente. Se cree que mañana a última hora llegaría y se realizaría la ceremonia fúnebre.
Fue a buscar nuevos horizontes
La víctima vivía desde hace casi cuatro años en el barrio San Martín de Comodoro Rivadavia. Era mecánico de profesión. El pasado jueves 3 de enero alrededor de las 20 se hallaba en su propiedad cuando llegó un sujeto que aparentemente le exigió que le arreglara el vehículo. Olivera se negó. Según dicen, el cliente le había quedado debiendo un trabajo anterior.
Fácilmente irritable, y sintiéndose impune, el cliente extrajo un arma y le disparó a Olivera en tres ocasiones. Uno de los proyectiles le dio en la cabeza y al ingresar se fragmentó en cinco partes que le provocaron un daño irreversible. Agonizó más de 48 horas y falleció el domingo a las 1.30.
Apenas ocurrió el ataque, la policía inició su tarea de investigación e identificó al atacante, secuestrándole el vehículo desde el cual y en base a dichos de testigos, abrió fuego. Se trata del mismo Peugeot 206 que intentaba reparar. De inmediato trascendió su identidad y que además integra una conocida familia que desde hace más de un lustro aterroriza a vecinos de los barrios Ceferino, San Martín y otros de la citada localidad patagónica. Incluso algunos medios chubutenses afirman que dicho clan acumula más de 100 denuncias ante la Justicia.
El dolor de una madre
“Mi hijo estaba por cumplir cuatro años de residencia en Comodoro Rivadavia, donde tenía su taller mecánico. Estaba bien, tranquilo, y su hermano menor viajó desde Misiones hace unos tres meses para hacerle compañía”, dijo Cristina, la madre de Jorge Olivera a un medio radial sanvicentino.
“Justamente su hermano Ismael (17) tomaba mate con Jorge cuando sucedió todo, también estaba un muchacho que trabajaba con él. Apareció un auto, se bajó uno y disparó como para matarle a cualquiera. Vino para eso. Estaba acompañado el autor del hecho, por dos hermanos, una joven y un menor de edad. Según comentarios de vecinos del lugar esta gente -por la familia del acusado- siempre fue muy violenta. No es la primera vez que sucede esto en Comodoro Rivadavia”, aseguró la mujer a FM Centro 89.1.
“Él buscaba un futuro y no tenía problemas con nadie”, finalizó la madre de Olivera, quien se mostró muy dolida e incluso se quebró en varios pasajes de la entrevista.
La familia del joven asesinado no sólo vivió momentos dramáticos y de inexplicable dolor al enterarse del hecho, ya que también tuvieron que solicitar ayuda para poder trasladar su cuerpo hasta Misiones, debido a los altos costos.
Se aguarda que entre mañana a última hora y el viernes finalmente los restos mortales de Jorge Olivera puedan descansar eternamente en su tierra natal.
Por otra parte, se supo anoche que el hermano de la víctima, quien fue testigo presencial del crimen, declarará ante la Justicia.
Su testimonio puede ser clave en el marco de la acusación contra el sospechoso, más teniendo en cuenta que estuvo a metros del autor de los disparos.